Otro escándalo para Blair
LONDRES.- La ex ministra británica Clare Short denunció que Gran Bretaña espió al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, antes de la invasión a Irak, y causó un nuevo escándalo por el conflicto bélico para el primer ministro Tony Blair, que todavía intenta recuperarse de la tormenta política provocada hace un mes por la admisión de su administración sobre las fallas de inteligencia.
Enojado, Blair no quiso referirse directamente a la acusación de Short y se limitó a decir que los servicios de seguridad británicos actuaron dentro de los parámetros de la ley nacional e internacional.
Pero la ONU declaró que las operaciones de este tipo son ilegales. "Queremos que esta actividad se detenga si efectivamente se ha estado realizando", dijo el vocero del organismo, Fred Eckhard. "Esto socava la conducción de las negociaciones que el secretario general tiene con otros líderes. Por lo tanto, no es bueno para el trabajo de la ONU y es ilegal", agregó.
Eckhard dijo que el jefe de la ONU estaría "decepcionado" si se confirmaran las acusaciones. Sin embargo, afirmó que el organismo no tomará medidas judiciales ni demandará al Reino Unido.
Short, ex ministra de Desarrollo Internacional, que renunció en protesta por la guerra tras el fin del conflicto, dijo que la oficina de Annan era uno de los objetivos específicos del espionaje durante el período en que Estados Unidos y Londres buscaban la autorización de la ONU para una incursión militar. "En el caso de la oficina de Kofi Annan, el espionaje fue realizado durante algún tiempo", dijo Short a Radio BBC. "Incluso leí algunas de las transcripciones de sus conversaciones", agregó.
Preguntada si los agentes británicos recibieron órdenes de realizar sus operaciones dentro de la ONU, especialmente hacia personas como Annan, Short respondió con un tajante "sí, absolutamente".
Blair reaccionó airadamente a las acusaciones y dijo que Short estaba minando los servicios de inteligencia y la seguridad de Gran Bretaña que encara una verdadera amenaza de los militantes islámicos. "El hecho de que se hicieran esas alegaciones es muy irresponsable", dijo el premier.
La denuncia de Short tuvo lugar un mes después de que un juez concluyera la investigación del suicidio de un experto en armas de Irak, en medio de acusaciones de que el gobierno había exagerado el argumento para una guerra a la que se opuso la mayoría de los británicos. Unos días después, presionado, Blair, que había sido exonerado por el magistrado, creó una comisión que investigará las fallas de inteligencia.
A pesar de este nuevo escándalo, los analistas afirman que los índices de confianza en Tony Blair ya son tan bajos que las nuevas denuncias de irregularidades no le costarían votos.
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