Para Dilma y su coalición, un año lleno de pruebas
BRASILIA.- El año electoral empezó con sobresaltos para Dilma Rousseff, con una explosiva situación en las cárceles del estado de Maranhao que, además de revelar la barbarie tras las rejas, pone a prueba la coalición que sustenta a la presidenta de cara a las elecciones de octubre.
Ya de por sí la presidenta tiene varios desafíos por delante, además de ganar las elecciones: reanimar una economía que cada vez se desacelera más, evitar que se reavive la tensión social y asegurar el éxito del Mundial de fútbol.
A eso se le agrega ahora la situación en las cárceles. Durante 2013, 62 presos fueron asesinados en las cárceles de Maranhao y, ante un refuerzo de la seguridad en los penales, las mafias de presos articularon atentados en las calles que la semana pasada le costaron la vida a una chica de seis años, carbonizada en un colectivo incendiado por delincuentes.
La oposición criticó la gestión de la gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y exigió la intervención federal del estado. La Procuraduría General respaldó el pedido y estudia la posibilidad de solicitarlo a la Corte Suprema. Esa medida podría dejar sin poderes a la gobernadora y sería un durísimo golpe para el llamado "clan Sarney", que gobierna en Maranhao desde hace medio siglo, por medio de su familia o sus adláteres.
Y podría afectar, en términos electorales, la alianza entre el PMDB y el Partido de los Trabajadores (PT), que garantizó la elección de Rousseff en 2010 y es la base de sus aspiraciones para los comicios de octubre, en los que serán elegidos presidente, gobernadores y parlamentarios.
Rousseff y el PT ya habían decidido que en Maranhao apoyarían la candidatura a gobernador de Luiz Fernando Silva, el actual secretario de Gobierno de Sarney. La decisión tenía un costo político porque a esa gobernación también aspira Flavio Dino, del Partido Comunista, que también está en la coalición oficialista y además lidera las encuestas.
Después de que la violencia carcelaria se trasladara a las calles, sectores del PT pidieron revisar la posición del partido en ese estado y reclaman apoyar al comunista Dino, lo que podría llevar a una ruptura con los Sarney y poner en la cuerda floja la alianza con el PMDB.
"Los Sarney son un problema nacional. Estar con los Sarney es comprometer el proyecto de reelección de Rousseff", dijo Marcio Jardim, miembro del PT en Maranhao.
El caso de Maranhao se agrega a otras discordias por las gobernaciones entre el PMDB y el PT, como en los estados de Río de Janeiro y San Pablo, dos de los más importantes distritos electorales del país.
Sobre esa situación, el presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, influyente líder del PMDB, dijo que "la relación con el PT es muy difícil", pues son "dos grandes partidos con sus propias aspiraciones".
Eduardo Davis
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