Para las FARC, otra vía al poder
Muchos definen al conflicto colombiano como una "guerra de perdedores". Luego de casi cinco décadas las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se alejan cada vez más del sueño de llegar al poder mediante la lucha armada. Por su parte, los paramilitares no pudieron doblegar a la guerrilla.Y el Estado no fue capaz de acabar con los grupos rebeldes ni con las causas sociales que dieron origen a la insurgencia.
Perdedores junto con perdedores, todos intentan ahora sacar provecho del mal trance.
De los 18.000 combatientes que tuvieron en su momento de auge hace una década, las FARC, el movimiento guerrillero más antiguo de América latina, son hoy una milicia diezmada, con unos 7000 hombres.
Además, en dos resonantes operaciones, el gobierno de Juan Manuel Santos eliminó, en 2010, al "Mono Jojoy", jefe militar de la agrupación, y, el año pasado, al líder máximo, "Alfonso Cano".
La popularidad de las FARC también está en su peor nivel.
En este sentido, la invitación que les hace su enemigo, el gobierno colombiano, a sentarse a una mesa de diálogo es una fabulosa oportunidad para recuperar la popularidad de que disfrutaron durante las últimas conversaciones de paz, comenzadas en 1998, en San Vicente del Caguán.
"Aquí se ha dado una conjunción ideal para el diálogo. El ejército tuvo una caída en su nivel operacional contra la guerrilla. Y las FARC, si bien están diezmadas, recuperaron terreno militar en los últimos años con ataques contra la infraestructura económica del país, torres petroleras y caminos. Por eso, dentro de su debilidad, están en un momento de relativa fortaleza para sentarse a negociar", explicó, en diálogo telefónico con La Nacion, el experto colombiano Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia.
La duda
Uno de los debates que existen en Colombia es cómo se financian hoy las FARC. Por tratarse de un grupo ilegal, no hay obviamente datos comprobables. "Los últimos cálculos estiman que un 70% de los ingresos de la guerrilla están vinculados con el narcotráfico y el resto proviene de secuestros extorsivos y asaltos a bancos", afirmó Rangel.
El camino del diálogo que reinician ahora por tercera vez las FARC, un movimiento nacido del Partido Comunista, presenta una gran duda. Un grupo que en sus principios reniega del pluripartidismo, las elecciones periódicas y otros principios básicos de la democracia ¿está dispuesto ahora a convertirse en un partido político tradicional?
Para el analista colombiano Vicente Torrijos, es un "diálogo-trampa" cuyas metas no son las enunciadas.
"El presidente Juan Manuel Santos, por su parte, busca asegurarse la reelección. Y las FARC son conscientes de que no tienen apoyo popular. Por eso buscan cogobernar sin someterse a las urnas. No saben si lo lograrán, pero obtendrán más tiempo y apoyo para consolidar su proyecto estratégico, despojándose del estima de «grupo terrorista»", afirmó Torrijos.
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