Polémica por una feroz crítica de Günter Grass contra Israel
"Pone en peligro la paz mundial", dijo el escritor, premio Nobel de Literatura en 1999
BERLIN.– En un ataque sin precedente de un intelectual alemán a Israel, el célebre escritor Günter Grass, premio Nobel de Literatura en 1999, denunció ayer que ese país "dispone de un creciente potencial nuclear, fuera de control" y que con su actitud "pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza". Una acusación realizada en forma de poema que desencadenó feroces reacciones en Alemania.
Grass, de 84 años, confiesa que le dedica al conflicto en Medio Oriente su "última tinta", es decir, una de sus últimas reflexiones sobre el asunto.El texto apareció ayer con el título "Lo que hay que decir", simultáneamente en cuatro idiomas, en las páginas del diario alemán Süddeutsche Zeitung, el estadounidense The New York Times, el español El País y el italiano La Repubblica.
Su alegato se apoya en el miedo de que, por su sentido de culpa hacia Israel debido al Holocausto, Alemania termine por mancharse de otra culpa a la hora de apoyar un eventual "ataque preventivo" contra Irán.
El escritor se refirió en particular a eventos de la crónica reciente: el 20 de marzo, el ministro de Defensa alemán, Thomas de Maizière, prometió que Alemania cumplirá con el compromiso de surtir a Israel con seis submarinos aptos para ojivas nucleares. Es más: lo especial en los contratos firmados entre Berlín y Tel Aviv es que Alemania asume una cuarta parte de los costos.
Grass tacha de "hipócrita" al mundo occidental por seguir callando frente a lo que él considera evidente. Justifica además su propio silencio guardado hasta ahora por el miedo a la acusación de "antisemitismo". Israel pone en peligro "una paz mundial ya de por sí quebradiza", según el escritor, quien sugiere que los gobiernos de ambos países permitan el control "permanente" por parte de una "instancia internacional" de sus instalaciones nucleares.
Las reacciones fueron duras. El diario conservador Die Welt publicó en su portada una foto de Grass con el título "El eterno antisemita". En su autobiografía, Pelando la cebolla, publicada en 2006, Grass confesó haber sido con 17 años miembro de las SS sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. Su tardía confesión causó enorme polémica y se lo criticó por haber evitado durante toda su vida y su carrera enfrentarse a su pasado.
Entre los políticos, el cristianodemócrata Ruprecht Polenz, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento alemán, dijo que si bien se trata de un gran escritor "siempre que se refiere a temas políticos tiene dificultades y casi nunca da en el clavo".
Rolf Mützenich, experto en política exterior del opositor Partido Socialdemócrata, lo acusó a su vez de evaluar de manera equivocada la situación. Su descripción del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad como un "fanfarrón", afirmó Mützenich, sería una "peligrosa minimización".
Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, tachó a su vez el poema de "panfleto de odio" contra Israel.
El tema fue trending topic número uno en Alemania en la red social Twitter: si bien prevalecían los comentarios críticos, muchos expresaron su solidaridad y defendieron a Grass de la crítica de "antisemitismo", señalando que no todos los cuestionamientos a Israel tienen por qué ser antisemitas.
Por su parte, el gobierno quiso mantenerse lejos de la polémica, pero su postura fue clara. En 2006, tras la publicación de la controvertida biografía, Angela Merkel dijo: "Es evidente que yo y el señor Grass tenemos opiniones distintas de la historia alemana". Frente al texto de ayer, el vocero de Merkel declaró que la posición de la canciller "sigue siendo la misma".
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