Poli, un sacerdote de bajo perfil tras los pasos del Papa
Caminador, de pocas palabras y fino humor; reacio a ocupar los primeros puestos y a figurar más de lo estrictamente necesario, el futuro nuevo cardenal argentino, Mario Aurelio Poli , representa el estilo de obispo promovido por el papa Francisco.
La inclusión de su nombre en la lista de los nuevos cardenales que creará el Pontífice el mes próximo no fue una sorpresa. Como tampoco lo fue su promoción a arzobispo de la arquidiócesis de Buenos Aires apenas dos semanas después de la elección del papa argentino, el 13 de marzo último.
Si bien cuando asumió como arzobispo porteño dijo a LA NACION que no quería "ponerse en los zapatos" de su antecesor, su estilo sacerdotal lo llevó a seguir las huellas que dejó en las calles porteñas el actual pontífice. En ese momento, Poli había dicho: "[Bergoglio] tiene un temperamento distinto, tiene más experiencia y está mucho mejor preparado que yo. Fue profesor de literatura y escribe muy bien. Sus homilías son cautivantes. Somos distintos. No quiero ponerme en sus zapatos. Todo me parece que me queda grande, pero confío en Dios".
En los casi nueve meses que lleva como arzobispo -asumió el 20 de abril-, Poli repitió gestos que llevan el sello "bergogliano", como la visita frecuente a parroquias ubicadas en villas de emergencia y la celebración de una misa en solidaridad con los excluidos y las víctimas de trata y tráfico de personas en medio de la plaza Constitución, por la que se estima que circulan a diario más de un millón de trabajadores. Para la Navidad filmó un saludo con idéntico formato al de su antecesor: directo y breve, y sosteniendo en las manos una estatuilla del Niño Jesús.
El 30 de diciembre presidió también, como hacía Bergoglio, la misa por el aniversario de la tragedia de la discoteca Cromagnon. Durante la homilía alentó a los familiares de las víctimas a tener esperanza.
"Los seres humanos estamos llamados a la felicidad y a la esperanza. Las pequeñas esperanzas -más justicia, que un hijo se cure, que consiga trabajo un esposo, un hermano, de poder vivir mejor- son iluminadas y arrastradas por la gran esperanza que Dios nos regala. Los cristianos podemos esperar contra toda esperanza. Nos ponemos de pie aun cuando estamos cascoteados. Seguimos caminando a pesar de las adversidades", dijo aquel día en un fragmento de su mensaje.
Igual que Francisco, Poli lleva una vida austera y sin lujos. Ya había dado muestras de ello durante su paso por Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa, cuya diócesis condujo entre 2008 y marzo del año pasado. Para los vecinos de ese obispado era habitual encontrarlo haciendo las compras en el supermercado los domingos por la mañana, después de celebrar la misa. También lo veían circular en una furgoneta, que le había regalado Bergoglio luego de que Poli vendiera el auto del obispado, o pedaleando una bicicleta deportiva a orillas de la laguna Don Tomás, en Santa Rosa.
Nacido en Buenos Aires, el 29 de noviembre de 1947, el nuevo cardenal argentino tiene 66 años. Estudió Servicio Social en la Universidad de Buenos Aires y luego, en 1969, ingresó en el seminario de la ciudad. Fue ordenado sacerdote a los 31 años y después se doctoró en Teología en la Universidad Católica Argentina (UCA). En esa universidad, además, estudió el profesorado de historia eclesiástica y patrología.
Durante una década, entre 1992 y 2002, Poli dirigió el Instituto Vocacional San José, en el que los ingresantes en el seminario de la arquidiócesis porteña viven durante un año de preparación y discernimiento de su decisión por la vida sacerdotal. En febrero de 2002, el papa Juan Pablo II lo designó obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires. En aquella ocasión, Poli eligió un lema por demás elocuente: "Concédeme, Señor, un corazón que escuche".
La huella de Bergoglio
El entonces arzobispo Bergoglio lo nombró al frente de la vicaría Flores y durante seis años vivió en el hogar sacerdotal de ese barrio, el mismo en el que planeaba retirarse el ahora papa Francisco cuando llegara el momento de dejar la arquidiócesis porteña por cuestiones de edad.
En 2008, el papa Benedicto XVI designó a Poli obispo de Santa Rosa, diócesis en la que se vivían momentos de tensión. Sacerdotes de un instituto secular habían sido denunciados por supuesta reducción a la servidumbre de un grupo de jóvenes.
"Poli puso calma, favoreció el trabajo de la Justicia, que terminó exonerando a los sacerdotes, y todo se solucionó rápidamente", explicó el año pasado a LA NACION Claudio Torres, médico y vecino de Santa Rosa. En esos años, también trascendió las fronteras pampeanas la firmeza con la que Poli reaccionó a un saludo laudatorio de un sacerdote, a través de una red social, al ex teniente general Jorge Rafael Videla. El entonces obispo juzgó ese gesto del cura hacia el ex presidente de facto como "irresponsable e imprudente".
En la Conferencia Episcopal Argentina, Poli preside la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica y es capellán nacional de la Comisión de Pastoral Scout Católica (Copasca). Sobre su futuro pastoral, Poli afirma estar "dispuesto a lo que sea". Recuerda que es boy scout desde que tenía cinco años de edad y, como tal, está "siempre listo".
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