Preocupados, los vecinos de Rusia amplían sus defensas
VARSOVIA.- La crisis en Ucrania se profundiza y Lituania se prepara para recibir un envío de aviones caza norteamericanos. Polonia ya habla de modernizar sus fuerzas armadas y en Letonia piden que se aumente el gasto en defensa. La tradicionalmente neutral Suecia pide un "cambio de doctrina" en materia de defensa.
Tras años de sentirse segundones, mientras los ojos de la OTAN estaban puestos en lugares como Afganistán, algunos países europeos que comparten fronteras con Rusia ahora planean aumentar sus gastos de defensa , a la vez que esperan más recursos de parte de la OTAN.
Muchos funcionarios de gobiernos de la región sintieron durante años que sus advertencias sobre la firme autodeterminación de Rusia caían en saco roto, tanto en Washington como en la OTAN. Pero ahora que súbitamente Rusia tomó control de la península ucraniana de Crimea, esos mismos países disfrutan de la atención que de pronto concitan, y hasta tienen planes para ampliar su equipamiento militar, desde aviones caza hasta sistemas misilísticos.
Algunos de esos planes tal vez sean modestos en términos europeos -el presupuesto total de defensa de Lituania, por ejemplo, ronda los 390 millones de dólares-, pero esas movidas, que suelen ir acompañadas de un discurso antirruso, reflejan hasta qué punto la seguridad de esa región está nuevamente a la cabeza de la agenda internacional.
"Después de los hechos en Ucrania, con la agresión rusa, los ciudadanos lituanos serán más permeables a la necesidad de aumentar el gasto, y tendremos más apoyo de la gente", dijo el ministro de Defensa de Lituania, Jouzas Olekas.
La justificación del presidente Vladimir Putin de intervenir en Ucrania para proteger a los rusófonos alarmó a los países del Báltico, que tienen sus propias minorías rusas, cuyos derechos, según Moscú, se ven amenazados.
Los países bálticos y Polonia formaron parte del bloque soviético hasta hace apenas poco más de dos décadas. Desde siempre albergaron sospechas sobre las intenciones de Moscú para con la región, sobre todo a medida que se fueron volcando hacia Occidente. Todos esos países ya son miembros de la Unión Europea y de la alianza militar de la OTAN.
"Nos preocupaba que Estados Unidos y la OTAN estuviesen enfocados en otras partes del mundo, como Afganistán y China, y que no le prestaran suficiente atención a Europa del Este", dijo Allan Sikk, profesor de la Escuela de Estudios Eslavos y de Europa Oriental de la University College de Londres.
Tras las intervenciones militares de Rusia en Georgia en 2008, se supo que la OTAN había elaborado un plan de contingencia para la defensa del Báltico, un hecho sin antecedentes en la región y que la OTAN se negó a comentar.
En el Báltico, una de las regiones que siempre se mostraron más abiertamente en contra de Rusia, ahora parecen estar diciendo "nosotros les advertimos".
La región ya estaba preocupada por la actitud de Moscú mucho antes de la crisis con Ucrania. El año pasado, la OTAN desplegó aviones más de 40 veces para observar los cazas rusos que se acercaban a las fronteras del Báltico. En 2004, año en que la OTAN empezó a patrullar la región, lo hicieron una sola vez.
Ahora, el Pentágono está aumentando exponencialmente el número de aviones caza que participan de las misiones de patrullaje aéreo de la OTAN, y están realizando más entrenamiento con la fuerza aérea polaca. "Rusia es una amenaza para toda Europa. Y Europa debe entender de una vez con quién está lidiando", dijo anteayer, desde Bruselas, la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite.
En los últimos años, los funcionarios polacos cuestionaron en privado a Washington, preguntándose si el gobierno de Barack Obama estaba realmente enfocado en la protección de los miembros de Europa del Este que integran la OTAN. Muchos se sintieron decepcionados cuando Obama redujo la envergadura del planeado escudo antimisiles.
Incluso antes del estallido de la crisis ucraniana, Polonia ya tenía planeado gastar más de 45.000 millones de dólares en los próximos diez años para construir un nuevo sistema de defensa de misiles y actualizar su sistema armamentístico, incluidos helicópteros de transporte y tanques. Y tras la incursión de Rusia en Crimea, el primer ministro polaco, Donald Tusk, se envalentonó aún más. "El conflicto debería servir para acelerar la modernización del ejército de Polonia", señaló.
En Suecia, que tiene fuertes lazos con el Báltico, el ministro de Economía, Anders Borg, dijo que Rusia estaba "un poco más errática e impredecible", y pidió mayor gasto en defensa. Sus declaraciones llegaron un día después de que Suecia apostara dos aviones caza en Gotland, una isla del Báltico que había quedado prácticamente desmilitarizada. El viceprimer ministro sueco, Jan Bjorklund, pidió esta semana un "cambio de doctrina" en materia de defensa en Suecia.
Sin embargo, existen límites, y las conversaciones sobre el rearme de estos países podría diluirse si la crisis en Ucrania encuentra una solución en lo inmediato.
Lituania sólo gasta en defensa el 0,8% de su PBI. Su capacidad para aumentar sus gastos en esa área está supeditada a sus planes para adoptar el euro como moneda y, sobre todo, a su necesidad de mantener bajo control el déficit presupuestario.
"Muy probablemente, el único cambio sea en mayores elogios a las fuerzas armadas, pero no más fondos", dijo Kestutis Girnius, profesor asociado del Instituto Vilna de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas.
Traducción de Jaime Arrambide
Andrius Sytas y Pawel Bernat
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