Presionado, Trump impulsa medidas para el control de armas
WASHINGTON.– Bajo presión por la sucesión de matanzas en tiroteos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump , anunció la primera medida de su gobierno para ponerle límites al mercado de las armas: ordenó regulaciones para “prohibir” las culatas que transforman rifles semiautomáticos en ametralladoras, utilizada en octubre en la masacre de Las Vegas, la más sangrienta en la historia moderna del país.
“Espero que estas críticas regulaciones estén terminadas muy pronto”, dijo Trump ayer, en un acto en la Casa Blanca. “No podemos simplemente tomar medidas que nos hagan sentir que estamos haciendo una diferencia. Debemos hacer, de hecho, una diferencia”, agregó.
El presidente firmó un memorándum que le ordena al Departamento de Justicia, a cargo del fiscal general, Jeff Sessions, diseñar las regulaciones para prohibir las culatas conocidas como bump stocks y otros dispositivos que transforman un rifle semiautomático, un arma legal, en un arma automática que dispara como una ametralladora, cuya venta está prohibida. La matanza de Las Vegas durante un festival de música country dejó un brutal saldo: 59 muertos, incluido el tirador, y 851 heridos.
Luego de ese tiroteo, Trump le ordenó a Sessions que clarificara si las culatas eran legales o no. La poderosa Asociación Nacional del Rife (NRA, por sus siglas en inglés), que le dio un fuerte respaldo al presidente en la campaña, se había mostrado a favor de regularlas. Los demócratas ya habían presentado un proyecto para prohibir el uso de culatas en 2013. Nunca se aprobó.
“La NRA cree que los dispositivos diseñados para permitir que los rifles semiautomáticos funcionen como rifles totalmente automáticos deben estar sujetos a regulaciones adicionales”, dijo en ese momento la organización, famosa por su férrea resistencia a las regulaciones a las armas de fuego.
El anuncio presidencial llegó en medio de un fuerte reclamo por elevar los controles a las venta de armas luego de la masacre en una escuela secundaria en Parkland, Florida, donde 17 personas perdieron la vida.
Una encuesta de The Washington Post y la cadena ABC reveló ayer que más del 60% de los norteamericanos piensan que el Congreso y la Casa Blanca no están haciendo lo suficiente para detener los tiroteos a mansalva. Otro sondeo, de la Universidad Quinnipiac, mostró que el respaldo para la universalización de los controles de antecedentes a las ventas de armas alcanzó un pico histórico: un 97% de la sociedad apoya esa medida, presentada en el Congreso, donde naufragó.
Ante esa realidad, Trump ofrecerá hoy otra señal: recibirá en la Casa Blanca a maestros y estudiantes para discutir medidas para mejorar la seguridad en las escuelas. Además de “miembros de la comunidad de Parkland”, también habrá familiares de víctimas y sobrevivientes de los tiroteos en la escuela Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, y en la secundaria Columbine.
“Podemos hacer más para proteger a nuestros chicos. Debemos hacer más para proteger a nuestros chicos, agregando que la seguridad escolar es ahora una prioridad de su administración”, dijo Trump ayer, al hacer su anuncio.
Varios estudiantes de Parkland que sobrevivieron a la última matanza le dieron voz y rostro en los últimos días a la ofensiva contra las armas y han se han sumado al movimiento contra la epidemia de violencia que, entre la resignación, el dolor y la frustración por la parálisis política, busca prevenir más masacres. Acuñaron una etiqueta: #NeverAgain (nunca más).
Pero aun cuando la Casa Blanca daba un guiño al reclamo para controlar mejor el arsenal del país, los legisladores estatales en Florida, hogar de la última masacre, hundían en la Legislatura un proyecto de ley para prohibir los rifles de asalto como el AR-15, el arma utilizada por Nikolas Cruz en Parkland. Unos 100 estudiantes de la escuela viajaron a Tallahassee, capital estatal, para presionar a los legisladores. No tuvieron éxito.
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