Primakov reconoce que Rusia está ante un abismo
El primer ministro anunció medidas para frenar la crisis, pero sus palabras no parecen generar confianza en Occidente
MOSCU.- El primer ministro ruso, Yevgueni Primakov, reconoció que la crisis económica ha puesto al país al borde del colapso y socavado su prestigio en el mundo y anunció urgentes medidas para recuperar la confianza y relanzar las reformas.
En la primera conferencia de prensa tras su investidura, hace una semana, Primakov pintó un cuadro apocalíptico del estado en el que sumió al país la gestión de los anteriores gobiernos, pero prometió recuperar la confianza del mundo en Rusia.
El mensaje de Primakov, televisado en cadena, quiso llevar esperanza al atribulado pueblo ruso, pero al mismo tiempo se hacía público un hecho desalentador:la sorpresiva negativa del vicepresidente de la Duma (Cámara baja del Parlamento), Vladimir Ryzhkov, de integrar el flamante equipo de gobierno.
Ryzhkov, un hombre políticamente influyente, pese a sus 32 años, rechazó la cartera de Asuntos Sociales porque no se considera lo suficientemente competente "para ocuparse de un problema tan complicado y doloroso como la afligente situación social" del país.
El legislador es cofundador del partido centrista Nuestra Casa es Rusia, liderado por el ex primer ministro Viktor Chernomyrdin, y su nombramiento, junto con el de Alexander Shokhin, del mismo partido, se había considerado como un contrapeso a la entrada en el gabinete de dos comunistas.
Panorama sombrío
Primakov dio en su mensaje un diagnóstico sombrío de la realidad económica. Actualmente -dijo- "el mercado de valores está destruido, los bancos quedaron sin activos, los ahorros de la gente se esfumaron, prácticamente se suspendieron los pagos, las acciones sufrieron una caída catastrófica, el rublo se depreció y los precios subieron".
La crisis se profundizó ayer con una nueva caída del valor del rublo y los temores de que uno de los mayores exportadores del país, el gigante Norilsk Nickel, anunciara recortes de personal y de producción.
Primakov dijo que su gobierno impondría controles en el mercado cambiario para frenar el descenso del rublo, anunció planes para imponer el monopolio estatal sobre la producción y la venta de alcohol y tabaco y sugirió que las medidas para salvar el debilitado sistema bancario entrarían en vigor la próxima semana. Al mismo tiempo, prometió honrar las deudas contraídas por Moscú con los organismos financieros internacionales.
"El gobierno comienza a trabajar para recuperar la confianza en las obligaciones asumidas dentro y fuera del país", dijo Primakov.
El primer ministro dijo que Rusia podría esperar asistencia adicional del FMI, pero indicó que no aceptaría un ultimátum de Occidente. "Seguiremos el camino que consideremos más conveniente", dijo.
Entretanto, las malas noticias sobre las perspectivas económicas continuaban.
La comisión central de estadística indicó que el PBI se contrajo el 8,2% en agosto respecto del mismo mes del año anterior y que las cifras de producción industrial también se desplomaron el 11,5% en igual período.
En otro orden, el Banco Central anunció que imprimirá más rublos como parte de un plan para respaldar el sistema bancario, pero el anuncio no ayudó a la moneda rusa, cuya cotización volvió a caer. En las operaciones cambiarias el dólar se cotizó entre 18 y 20 rublos por unidad, contra 15 rublos en la jornada anterior.