Propuestas extremas y muy difíciles de llevar a la práctica

MIAMI.-La inmigrante mexicana María Jesús es una de los más de 11 millones de indocumentados que ven cómo su ilusión de legalizar su permanencia en Estados Unidos se desvanece tras el triunfo de Donald Trump. Con dos hijos nacidos en esta ciudad, que tienen residencia legal, teme ser expulsada y no poder regresar. "Él quiere que nos vayamos del país. Tengo mucho miedo de ser deportada y que se quiebre mi familia", cuenta a LA NACION. "¿Va a poder hacer algo así?", se pregunta.

Las polémicas propuestas de campaña del magnate, como la de expulsar a todos los sin papeles y levantar un muro en la frontera con México, pasaron de ser ideas vistas como lejanas a meterse de lleno en la vida de millones de personas que serían afectadas. Pero, más allá del poder que tendrá Trump en un gobierno que controlará el Congreso, aún hay dudas de que vaya a llevar a cabo sus planes tal cual los prometió y a un ritmo vertiginoso.

"No hay que mezclar la retórica electoral con la realidad política. Como hombre de negocios que es, Trump llegará con la idea de querer hacer todo ya, pero deberá evitar confrontaciones y protestas. Sus colaboradores políticos seguramente le dirán cómo hacer las cosas", explicó a LA NACION Leonardo Ferreira, profesor de la Universidad Internacional de Florida.

Sacar a Estados Unidos de acuerdos internacionales, reformar la OTAN, expulsar ilegales, deshacer el programa de salud Obamacare, establecer nuevos procedimientos de selección de quiénes entran al país y construir el muro con México fueron su bandera, con la que cautivó a millones de votantes. "Lo del muro no hay que tomarlo literalmente. Sería demasiado costoso y lo veo poco realista. Pero Trump sí tiene que actuar rápido allí. Seguramente reforzará los patrullajes en la frontera", estimó Ferreira.

"No hay que generalizar. Algunas medidas seguramente tendrá que negociarlas con el establishment del partido", comentó a LA NACION Silvio Waisbord, profesor de la Universidad George Washington. "Respecto del muro, por ejemplo, deberá tratar una política más amplia con la agencia de migraciones. No es que por tener la mayoría en el Congreso cualquier cosa que se le ocurra pasará como por un tubo", agregó.

Además del muro, el plan migratorio esbozado por Trump se basa en redadas, deportaciones masivas, cancelación de decretos, aumento de los castigos para los indocumentados que cometieron crímenes.

"No creo que vaya a haber deportaciones masivas, porque generaría un alto nivel de conflictividad. Pero sí pienso que Trump podrá ejercer una táctica de presión sobre millones de personas", apuntó Ferreira.

"El gran temor del mundo liberal y demócrata es que Trump cambie el modus operandi de la forma de implementar medidas en Estados Unidos, que en general es más por consenso. Aquí el decreto no es una herramienta tan frecuente para aplicar políticas públicas", indicó Waisbord.

La promesa de Trump de tumbar el Obamacare generó incertidumbre a los sectores beneficiados. Trump buscará de inmediato iniciar el camino para borrar del mapa la reforma. Su cierre podría dejar sin cobertura a 20 millones de personas. Sin embargo, aún no explicó qué alternativa ofrecería. Según Ferreira, derribar Obamacare a través del Congreso será difícil, ya que el nuevo gobierno necesitaría una mayoría de 60 votos en el Senado (los republicanos se quedaron con 51 de 100 escaños). Pero, agrega el experto, Trump podría hacerle reformas sustanciales.

Además del muro, a México también le inquieta que Trump busque renegociar o hasta desechar el Nafta, firmado en 1994. "El mundo está asustado por los acuerdos comerciales. Como comerciante, Trump sabe que no será fácil terminar con el Nafta, podría llevar años. Al igual que con China, deberá primero sentarse a tener un diálogo serio", indicó Ferreira.