Rafael Abad: "Aquí vivimos la gran tragedia"

CÚCUTA, Colombia (Para la nacion).- Rafael Abad Adámez, de 71 años, vive hoy en la calle a casi mil kilómetros de su casa, Isla Margarita, otrora uno de los paraísos turísticos de Venezuela. Quién se lo iba a decir a él, con cinco hijos fuera del país y una larga vida laboral. "Aquí vivimos la gran tragedia. Pero poder escribirla hay que vivirla en carne propia, como yo. Mi pequeña aventura ya dura seis meses", describe el anciano.

Las uñas perfectas, las palabras justas, a Rafael la policía lo sacó del puente internacional donde se había quedado a dormir junto a cientos de sus compatriotas. La gran mayoría decidió volver a San Antonio, en Venezuela, para retornar a Colombia en la mañana.

El margariteño cree que su odisea debe tener punto final, la presión ordenada por las autoridades colombianas así se lo dice. "Desgraciadamente aquí no nos quieren. Y tal vez tengan razón: nosotros ya no tenemos patriotismo", explica mientras cuenta una y otra vez sus fajos de 100 y 50 bolívares. Lo que hace tres años era una pequeña fortuna hoy ni siquiera se lo reciben en la casa de cambios. "Esto ya no vale nada, como mi país", sentencia. La hiperinflación devoró los bolsillos de los venezolanos.

El medio año en La Parada, el punto más peligroso de la frontera, sirvió para que Rafael conozca todos sus secretos. Y no le gusta nada de lo que ve. "Los venezolanos no copiamos nada de los europeos que llegaron hasta nuestra tierra, españoles, italianos y portugueses. Yo también estoy arrepentido, me dejé llevar por la vida", insiste.