La carrera hacia la Casa Blanca:la campaña del senador de Illinois. Richardson apuesta a reforzar la relación con América latina
El dirigente hispano apoya a Obama aunque fue un alto funcionario de Bill Clinton
WASHINGTON.-Bill Richardson ya se aseguró su lugar en la historia de la campaña presidencial en los Estados Unidos. Como Hillary Clinton se convirtió en la primera mujer y Barack Obama en el primer mulato en competir por la Casa Blanca, él fue el primer candidato hispano en intentarlo, aunque su nombre pueda confundir sobre sus orígenes: madre mexicana, en cuyo país pasó su infancia y adolescencia.
Richardson, actual gobernador de Nuevo México y ex secretario de Energía de Bill Clinton, retiró su candidatura ante el impulso de sus rivales y sacudió a todos el último Viernes Santo cuando, en vez de encolumnarse detrás de Hillary, apoyó a Obama. En plena Semana Santa, hubo quien lo calificó de Judas.
Richardson no responde los ataques y promueve las bondades de Obama para los Estados Unidos, América latina y el mundo, y aunque las especulaciones lo señalan como potencial candidato a la vicepresidencia o a la Secretaría de Estado, también calla sobre ello.
Prefiere hablar de una "nueva alianza" o "sociedad" entre Washington y el continente. "Durante los últimos años, la política exterior de Estados Unidos no ha hecho más que ignorar a América latina", comentó durante una conferencia, que ofreció en la sede de la OEA, hace unas semanas, por lo que es hora de "un acercamiento real y constructivo".
Ese nuevo puente debe cobrar especial fuerza, destacó, en las relaciones con Brasil, Chile y la Argentina, con la que reconoció "chispazos", que deben ser eliminados para acercar las posiciones y dejar atrás la relación "un poco fría" de los últimos años.
Los tres países encarnan "tremendas oportunidades económicas, ambientales y de alianza política", explicó, "pero las relaciones con ellos no son las que deberían tener".
También esos tres y México deberían ocupar una silla permanente -y rotativa entre ellos y otros países del hemisferio- en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).
-Usted dice que hay que mejorar los lazos con la Argentina, Brasil y Chile.
-Sí.
-¿Cómo?
- He sentido que hubo una separación entre Estados Unidos y esos países y me gustaría tener más contacto con ellos en el área económica y con el Mercosur, promover más comercio exterior. También me interesaría generar nexos políticos más fuertes y relaciones más cordiales entre los presidentes, algo que ahora no tenemos. Me parece que Brasil, por ejemplo, es crucial en el área de energía renovable y esa relación hay que potenciarla también con Chile y con la Argentina. Es como que está un poco fría la relación con la Argentina...
Sobre Venezuela dijo que Washington debe fortalecer sus canales diplomáticos con el gobierno de Hugo Chávez -incluso busca obtener una reunión con él en Caracas-. Y cuando habla sobre Cuba, sorprende.
"Estados Unidos debe estar preparado para poner fin al embargo sobre Cuba", dice, lo que dice, podría prologarse con el levantamiento de las restricciones para que los cubanos que viven en los Estados Unidos visiten la isla o envíen remesas a sus familiares, dos ejes que expertos que trabajan para Obama también adelantaron a LA NACION. Eso sí, aclara, La Habana debería permitir "la liberación de los prisioneros políticos, a cambio". "Ya no es posible para Estados Unidos dar por segura la buena voluntad de América latina, insiste. Necesitamos una nueva relación que nos permita un acercamiento real y constructivo", puntualiza.
-Con Chile y Brasil hay cierta sintonía política, mientras que con la Argentina ha habido chispazos...
-Oh, sí. Sí.
-¿Y entonces? -¡Pues hay que eliminar los chispazos!
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