Se abren las primeras grietas en el gobierno de transición egipcio
Los salafistas bloquearon el nombramiento de El Baradei como premier; nueva marcha de partidarios de Morsi
EL CAIRO.- En medio de un fuerte despliegue militar ante las marchas convocadas ayer por los sectores islamistas, las nuevas autoridades de Egipto dieron las primeras muestras de división interna ante la demora e incertidumbre que rodean el nombramiento del primer ministro.
Los sectores políticos y militares que dirigen el país desde que hace cinco días el ejército derrocó al presidente Mohammed Morsi continuaban ayer las negociaciones para la formación de un gobierno de transición, con el líder opositor y premio Nobel de la Paz, Mohammed El Baradei, como candidato con más opciones a ocupar el cargo de primer ministro.
El nombre de El Baradei fue, de hecho, la primera opción del presidente interino, Adly Mansur, que se reunió con él anteayer para encargarle que formara gobierno. Esa elección contaba con el visto bueno del ministro de Defensa y jefe de las fuerzas armadas, el general Abdel Fatah Al-Sisi. Sin embargo, el movimiento salafista Al-Nour, partidario del golpe contra Morsi, pero muy crítico con la trayectoria política de El Baradei, bloqueó su designación y propuso a sus propios candidatos.
El rechazo a El Baradei por parte del principal grupo salafista, que había exigido la celebración de elecciones a Morsi antes del golpe de Estado del miércoles, prendió aún más la mecha del caos político en que está sumido el país.
Los Hermanos Musulmanes también rechazaron la posible designación del que fue director general de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), a quien consideran una "marioneta" de Estados Unidos.
El grupo islamista, que exige la restitución de Morsi en el poder, convocó ayer a marchas de protesta por tercer día consecutivo. En la primera jornada de manifestaciones, al menos 35 personas murieron en enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morsi. El líder islamista, que gobernó apenas un año, se encuentra retenido en el edificio de la Guardia Republicana, fuertemente protegido por vehículos blindados del ejército.
Para Mansur, la opción de El Baradei, de 71 años, como premier es la más "lógica", según expresaron fuentes de la presidencia egipcia. El líder opositor cuenta también con el respaldo de buena parte de los manifestantes que colmaron durante días la emblemática plaza Tahrir para pedir la caída de Morsi. El Baradei apoyó sin ambages los reclamos del movimiento juvenil Tamarod (Rebelión), catalizador de las protestas.
En una entrevista concedida al semanario alemán Der Spiegel, El Baradei dijo ayer que los Hermanos Musulmanes "deben participar de una transición" en el país, y pidió que ese sector político sea integrado al proceso de democratización. "Morsi debe ser tratado con dignidad; nadie debe ser incriminado sin una razón convincente", afirmó El Baradei. Durante los últimos días, varios dirigentes islamistas fueron detenidos por llamar a sus partidarios a la violencia para reponer a Morsi en el palacio presidencial.
"Me propuse como línea roja el principio de no colaborar con quien no respeta la tolerancia y la democracia", dijo El Baradei, y agregó que en las próximas elecciones aceptará un triunfo de los Hermanos Musulmanes "sólo si respetan los principios de la democracia". Los islamistas lograron el 51,7% de los votos en los comicios de hace un año.
En relación con el derrocamiento de Morsi, El Baradei señaló: "Seamos claros, no fue un golpe [de Estado]. Más de 20 millones de personas salieron a las calles porque no se podía continuar como antes".
Mientras la incertidumbre política se adueñaba del país por las divisiones internas de los partidarios del derrocamiento de Morsi, miles de seguidores del líder islamista protestaron cerca de su lugar de detención en El Cairo. "Morsi, Morsi, Alá es el más grande", corearon sus seguidores ante la vigilancia de cientos de soldados.
"No nos iremos hasta que Morsi regrese. De otra forma, moriremos como mártires", dijo Hanim Ahmed Ali Al-Sawi, una mujer de 55 años que escondía su rostro con un velo. "Esto fue un golpe de Estado a la democracia", añadió.
En respuesta a la marcha de islamistas, decenas de miles de opositores a Morsi se congregaron por la noche en la emblemática plaza Tahrir, centro de las protestas que desde dos años no le dan respiro a Egipto.
Putin advierte que Egipto va a una guerra civil
- El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó ayer que Egipto se encamina hacia una guerra civil como la que vive Siria, tras el golpe militar del miércoles pasado en el que fue derrocado el presidente constitucional Mohammed Morsi.
- "Siria ya está inmersa en una guerra civil, por triste que parezca, y Egipto se encamina en esa dirección. Me gustaría que el pueblo egipcio pudiera evitar ese destino", dijo Putin, citado por las agencias rusas.
- Éstas son las primeras declaraciones del presidente ruso sobre la crisis en el país árabe. Putin llegó ayer en visita de trabajo a la república centroasiática de Kazakhstán. El viernes, el canciller ruso, Sergei Lavrov, afirmó que Moscú aboga por que todas las partes renuncien al uso de métodos de fuerza en el marco del diálogo nacional y del respeto a todos los sectores sociales del país.
Agencias AP, AFP, ANSA y DPA
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