Se ahonda el misterio de los restos de García Lorca
MADRID.- Las siete semanas de búsquedas, excavaciones y esperanzas para encontrar los restos del poeta Federico García Lorca, fusilado durante la Guerra Civil Española, en el Parque Público de Alfacar, en Granada, sólo han dado lugar a nuevas dudas y reanimado viejos fantasmas.
Hasta ahora la pesquisa no ha ofrecido más que una profunda decepción entre los historiadores y familiares de republicanos fusilados junto con el escritor. Todos ellos aseguraban que el autor de Bodas de Sangre había sido enterrado en una fosa común ubicada en el parque granadino.
"Este es un golpe muy duro, pero me gustaría que siguieran buscando. Me duele que mi padre muriera engañado, porque siempre pensó que estaba ahí. Ahora hay que empezar de cero", dijo Nieves García Catalán, nieta del maestro Dióscoro Galindo, que, según la historia oficial, fue ejecutado el mismo día que García Lorca y habría sido sepultado a su lado o muy cerca de él.
De todos modos, a pesar del examen exhaustivo al que fueron sometidas seis fosas, ocultas bajo una carpa que protege la privacidad del operativo de rastreo de Alfacar, no se ha encontrado ni la menor señal de que allí pudiesen yacer los restos del escritor o de otras víctimas de las milicias comandadas por Francisco Franco.
Pese a la falta de resultados, Ian Gibson, el historiador hispano-irlandés, que se había mostrado convencido de que los restos de Lorca se hallaban en el predio de Alfacar, insistió en los últimos días en que ésa es la ubicación correcta del cuerpo.
"Sigo pensando que Lorca está ahí, muy cerca de donde lo están buscando. Si no aparece en la última zona que queda por explorar, creo que estará entre el olivo y los chalets que hay junto al parque", declaró Gibson al diario español El País .
"Temo por mi salud mental, porque son 45 años de mi vida dedicados a esto", agregó y reconoció estar "enfermo" por los resultados hasta ahora adversos de la búsqueda.
La infructuosa búsqueda hizo que volviera al centro de la escena la vieja teoría de que Franco mandó a desenterrar el cadáver ante el acoso de la prensa internacional, que comenzaba a señalarlo como el responsable de haber acabado brutalmente con la joven vida del genio de la literatura española y universal.
La versión fue recogida por el investigador Gabriel Pozo, que asegura, en su reciente libro Lorca, el último paseo , que, tras ser exhumado, el cadáver habría sido colocado en otra fosa común o en un nicho con un nombre falso, para dificultar su localización.
La orden habría sido emitida luego de que Franco "montara en cólera" al enterarse de que habían asesinado al poeta: su muerte había ocasionado protestas en países de los que el dictador español esperaba un reconocimiento para su régimen.
Según Pozo, Franco y sus seguidores no pretendían asesinar a García Lorca, sino tan sólo intimidarlo para que facilitara la captura de un allegado suyo: el ministro republicano Fernando de los Ríos.
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