Entrevista con el canciller de Serbia. "Se puede abrir la caja de Pandora"
Vuk Jeremic cree que la independencia de Kosovo desestabilizará al mundo
A simple vista, el canciller serbio, Vuk Jeremic, parece un exitoso ejecutivo joven en viaje de negocios por la Argentina. Pero cuando se lo escucha hablar, la imagen se desvanece en el aire.
El funcionario, de 32 años, utiliza términos que remiten al más oscuro pasado de los Balcanes: "guerra civil", "separatismo" y "limpieza étnica", por ejemplo. Pero también otros que remiten a un futuro deseable: "integración", "consenso", "apego a las leyes internacionales".
Ese límite entre los términos del futuro y del pasado y sus implicancias se juega también para Serbia en relación con Kosovo, un ex territorio serbio que acaba de declarar su independencia. Si se admite la "independencia" de Kosovo, como quieren los albano-kosovares, buena parte de los Balcanes se estancará y no podrá dejar atrás su pasado conflictivo, según Jeremic.
Si, en cambio, lo que se admite es su "capacidad de autogobierno irrestricta", sin afectar la soberanía de Serbia, afirma el canciller, países de la región como Serbia, Bosnia y Macedonia estarán en condiciones de olvidar los conflictos ancestrales y habrán dado un gran paso para ingresar en la UE.
"Las contrapartes con las que hablé en la Argentina, incluyendo el canciller [Jorge Taiana], dijeron muy explícitamente que el país va a continuar adhiriendo a la ley internacional y al multilateralismo para resolver conflictos", dijo Jeremic, en una entrevista con LA NACION, al explicar por qué la Argentina no reconocerá la declaración unilateral de independencia kosovar.
-Serbia no gobierna Kosovo desde 1999. ¿Por qué le cuesta tanto aceptar su independencia ahora?
-Kosovo es el lugar de nacimiento de la identidad religiosa y nacional serbia. Más allá de eso, es parte de Serbia. Está confirmado por la carta de las Naciones Unidas y corroborado por la resolución 1244 del Consejo de Seguridad, que puso fin al conflicto de 1999. La ley internacional está de nuestro lado. La sensibilidad histórica tiene que ser tenida en cuenta. También el futuro. El único futuro próspero para toda la región consiste en la integración a la UE. Si la idea es integrar a los Balcanes a la UE, ¿cómo se puede decir que la voz de Serbia no importa? Debemos resolver la situación de Kosovo en línea con los principios de la UE: por consenso de todas las partes.
-Después de la declaración de independencia de Kosovo, ¿puede haber un "efecto dominó"?
-Si se permite que el principio de declarar unilateralmente lo que se considera correcto se convierta en norma, la única cosa que se necesitará es tener un sponsor lo suficientemente poderoso en el exterior. Entonces se puede abrir la caja de Pandora. Lo que ocurrió en Kosovo el 7 de febrero de este año fue un intento motivado étnicamente de secesión desafiando al Consejo de Seguridad. ¡Desde que en el 45 se impulsó la ONU nunca lo vimos! Si se acepta el precedente, crecerá el apetito de movimientos secesionistas.
-¿Un ejemplo?
-Tome como ejemplo Irak. Había un dictador, Saddam Hussein, que estaba oprimiendo brutalmente a una minoría, los kurdos. Los enviaba a cámaras de gas y los gaseaba hasta la muerte. A decenas de miles de ellos. Y eso terminó con una intervención internacional para derrocarlo. Ahora, en el llamado Kurdistán, hay un 95% de personas que quieren la independencia de Irak. Pero no se les da la independencia, mientras que a Kosovo sí. Eso me lleva a dos conclusiones: o hay dobles estándares o Saddam era un mejor tipo que Milosevic. Todos me contestan: "¡Noooooooooo, Saddam era el peor!". Si Saddam era el peor, ¿por qué no se impulsa la partición de Irak? Cuando se usa la idea de lo excepcional y de la subjetividad en las relaciones internacionales, se ingresa en una pendiente muy resbaladiza.
-¿No cree que Serbia justamente está pagando por los crímenes de guerra cometidos por Milosevic?
-Es muy peligroso dejar el terreno seguro de la ley internacional. Si se quiere hacerlo y se sostiene un argumento moral, yo digo: "En 1999, la OTAN peleó una guerra contra la dictadura de Milosevic y la ganó". Entonces, dictaron los términos de la paz contenidos en la resolución 1244. Podían poner lo que querían y Milosevic lo hubiese aceptado todo. Y dijeron que Kosovo es parte de Serbia.
Ahora Serbia es un lugar totalmente distinto: derrocó a Milosevic, construyó instituciones democráticas y le dicen: "Vamos a castigarlos en la manera en la que no decidimos castigar al vencido y aislado tirano". Incluso desde el punto de vista moral es imposible de explicar. La Serbia moderna les dijo a los albaneses de Kosovo que entendía su sensibilidad y que les ofrecía capacidad irrestricta de autogobierno. Lo que no podemos aceptar es el desmembramiento de nuestra soberanía.Vuk Jeremic
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