La guerra contra el terrorismo. Se suicidaron tres detenidos en la base de Guantánamo
Los encontraron ahorcados en sus celdas
WASHINGTON.- Tres prisioneros extranjeros detenidos en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo se suicidaron ayer en sus celdas; son los primeros casos de este tipo desde que esa base comenzó a ser usada como prisión, en enero de 2002.
Apenas conocida la noticia, la Casa Blanca se dijo muy preocupada.
"Dos sauditas y un yemení, localizados en el Campo 1, fueron hallados inconscientes y sin respirar en sus celdas por los guardias", dijo el Comando Sur de Estados Unidos en un comunicado.
El ejército explicó que las maniobras de resucitación fracasaron, por lo que los prisioneros fueron declarados muertos por un médico de Guantánamo, cárcel donde Estados Unidos mantiene cautivos a unos 462 extranjeros, principalmente de la guerra estadounidense contra el movimiento talibán y Al-Qaeda, capturados en Afganistán.
Funcionarios de Defensa estadounidenses dijeron que los detenidos se habían colgado con sus ropas y sábanas.
Sólo diez prisioneros fueron formalmente acusados como sospechosos terroristas, de los cientos de reclusos que han sido detenidos como "combatientes enemigos" desde que el campo comenzó a funcionar tras los atentados terroristas en Nueva York y Washington, el 11 de septiembre de 2001.
Esa incierta situación legal de la mayoría de los detenidos en Guantánamo llevó a decenas de organizaciones -desde las Naciones Unidas hasta Amnistía Internacional- a pedir con insistencia el cierre de la base lo antes posible.
A lo largo de casi cinco años, hubo en la prisión más de 40 intentos de suicidios; pero los de ayer fueron los primeros que culminaron con la muerte de prisioneros.
El comandante de la fuerza unida de Guantánamo, Harry Harris, dijo que los suicidios fueron "claramente un evento planificado, no espontáneo".
"Ellos fueron inteligentes y creativos; estaban comprometidos entre ellos. Yo creo que esto no fue un acto de desesperación, sino un acto de guerra contra nosotros", agregó.
Los suicidios ponen de nuevo en el tapete a este campo de presos creado por el gobierno de George W. Bush, que también ha sido fuertemente criticado por otros países, incluso algunos aliados, por la situación legal de los detenidos.
El presidente Bush expresó ayer su "grave preocupación" por la muerte de los tres prisioneros en Guantánamo. El vocero oficial de la Casa Blanca, Tony Snow, realizó esa declaración en nombre del presidente, quien se encuentra en la residencia de fin de semana de Camp David y fue informado de las muertes por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Decenas de detenidos, muchos de ellos hambrientos y que han intentado suicidarse, encaran una detención indefinida sin ninguno de los derechos que deben tener los prisioneros de guerra o los sospechosos de crímenes según el sistema judicial estadounidense.
Guantánamo ha sido uno de los varios temas que han restado apoyo extranjero a la guerra contra el terrorismo lanzada por Washington. Las muertes se produjeron en momentos en que Bush enfrenta crecientes dudas públicas sobre la guerra en Irak.
"Estas trágicas, tristes e innecesarias muertes son el resultado último de las políticas de este gobierno, que insiste en negar justicia y debido proceso a estos hombres", dijo William Goodman, director legal del Centro de Derechos Constitucionales, grupo con asiento en Nueva York que defiende a algunos presos de Guantánamo.