Sorpresivo avance de la extrema derecha
BRUSELAS (EFE).- Socialistas y liberales de Bélgica festejaron ayer su amplio triunfo en las elecciones generales celebradas anteayer, cuyo resultado les dio la posibilidad de seguir gobernando sin los ecologistas y deparó una sorpresa: el avance de la ultraderecha, que creció en el norte y en el sur del país.
El desastre de los ecologistas, que pierden 16 escaños en la Cámara baja, ha puesto punto final a la singular experiencia de coalición "arco iris", que ha dirigido Bélgica desde 1999.
Terminada la excepción que supuso la subida al gobierno federal, hace cuatro años, del tándem verde Ecolo-Agalev, todos los observadores dan por hecho ahora una coalición socialista-liberal, aunque la negociación no resultará nada fácil entre izquierda y derecha en tiempos de desaceleración económica.
Los socialistas, cuya formación flamenca (SPA) en alianza con la fracción nacionalista Spirit gana 9 escaños, vuelven a ser la primera familia política de Bélgica, lo que los sitúa en posición de fuerza en las negociaciones con los liberales para formar gobierno.
Pero el partido del primer ministro, el liberal flamenco Guy Verhofstadt (VLD), continúa siendo el más popular, en número de votos, de Bélgica, lo que en teoría debería valerle a él el encargo de formar gabinete.
El rey Alberto, a quien le corresponde constitucionalmente el cometido de iniciar el proceso de formación, abrió ayer por la mañana sin esperar más tiempo las consultas con los principales dirigentes políticos.
El monarca recibió primero, como es tradicional, a los presidentes de la Cámara de Representantes, Herman De Croo, y del Senado, Armand De Decker, y por la tarde consultó a los líderes de los partidos susceptibles de formar la nueva mayoría.
Verhofstadt podría volver a ser primer ministro siempre que su partido, el VLD, se mantenga en Flandes por delante de los socialistas del SPA en número de votos, lo que todavía no está garantizado.
De no ser así, el líder del SPA, Steve Stevaert, podría acceder a la jefatura del gobierno. De hecho, Stevaert aventaja a Verhofstadt en votos individuales (581.743, frente a 540.861), cuando se llevan escrutados 111 de los 113 cantones del colegio electoral flamenco para el Senado.
La derecha, en alza
La gran sorpresa en estas elecciones ha sido el avance de los partidos de extrema derecha, que obtienen mayor número de votos que en 1999, no sólo en el Norte, sino también en el Sur, francófono, que se creía hasta ahora libre de la "marea negra".
En Flandes, el Vlaams Blok, partido caracterizado por su discurso xenófobo y que propone la disolución de Bélgica y la separación de Flandes, ha contabilizado el 11,6 por ciento de los votos, un 1,7 más que en las elecciones de 1999, y se sitúa como el partido más votado de Amberes, la segunda ciudad de Bélgica.
El avance de Blok se explicaría por los escándalos políticos y financieros denunciados recientemente en Amberes y por haber atraído parte del electorado conservador, tradicional base de los demócratas cristianos de Flandes, que anteayer tuvieron un resultado decepcionante y no logran remontar, tras haber dejado el poder en 1999, luego de 40 años de gobierno.
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