Temer pidió a la Corte suspender las investigaciones
Se defendió de las acusaciones por corrupción y asociación ilícita; pierde apoyos en la coalición de gobierno
BRASILIA.- Retroceder nunca, rendirse jamás. Acorralado por las denuncias de hechos ilícitos y los pedidos de renuncia, el presidente brasileño, Michel Temer, pasó al contraataque. En una nueva tentativa por preservar su cada vez más frágil gobierno, volvió a defenderse de las acusaciones de compra de silencio de un eventual delator de la operación Lava Jato, luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) autorizó una investigación sobre él como resultado de la delación premiada de los dueños del frigorífico JBS, que grabaron conversaciones comprometedoras con el mandatario.
Desde el Palacio del Planalto, Temer desacreditó a los ejecutivos de JBS, descalificó el contenido de los explosivos audios grabados por los dueños de JBS, Joesley y Wesley Batista, y pidió al STF suspender las investigaciones contra él por intento de obstrucción a la justicia, corrupción pasiva y asociación ilícita hasta que el audio se someta a peritaje, bajo la sospecha de que fue editado. Y reiteró que no piensa renunciar.
"Esa grabación clandestina fue manipulada y adulterada con objetivos subterráneos", afirmó Temer en medio de una gran expectativa en esta nueva crisis política que amenaza con echar por la borda los logros económicos conseguidos en los últimos meses para sacar al país de la peor recesión de su historia. "Brasil no saldrá de sus carriles. Yo continuaré al frente del gobierno", declaró.
Se trató del segundo pronunciamiento de Temer luego de que el miércoles pasado estalló el escándalo de JBS.
El diario O Globo reveló entonces que los hermanos Batista habían aportado a la justicia una conversación con el mandatario, grabada de manera oculta el 7 marzo pasado en la residencia del presidente, en la que Temer parecía avalar el pago de sobornos al condenado ex titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.
Esos pagos asegurarían que el ex legislador no colaboraría con las investigaciones anticorrupción de la operación Lava Jato.
Al día siguiente, en un breve pero enérgico discurso, Temer negó las acusaciones, exigió una investigación amplia y rápida, y aseguró que no renunciaría. Según el presidente, en relación a los pagos de JBS a Cunha, se trataba de una "ayuda humanitaria" a la familia del político preso, no de un soborno para comprar su silencio.
El mensaje de ayer fue el primero luego de que se divulgó el contenido de aquel audio, la noche del jueves.
El gobierno buscó minimizar el impacto de la conversación grabada, en la que Temer también escuchó impasible mientras Joesley Batista aseguraba haber cooptado fiscales y jueces, y se refería a los beneficios irregulares que había recibido del gobierno.
"Es un conocido fanfarrón, exagerado", señaló Temer, y acusó al empresario que hoy está refugiado en Nueva York, de haber cometido el "crimen perfecto" mediante el shock financiero que provocaron sus escandalosas declaraciones.
"Gracias a la grabación fraudulenta y manipulada, especuló contra la moneda nacional. La noticia fue filtrada por gente ligada a su grupo empresarial, que antes compró 1000 millones de dólares. Porque sabía que provocaría el caos en el cambio. Por otro lado, sabiendo que la divulgación de la grabación reduciría las acciones de su empresa, las vendió antes de la caída de la Bolsa. JBS lucró millones y millones de dólares en menos de 24 horas", dijo el presidente, que resaltó que la Comisión de Valores ya investiga el caso.
A pesar a las muestras de firmeza de Temer, su gobierno quedó muy golpeado por todas las revelaciones de los hermanos Batista a la justicia en numerosos videos que también implicaron en la recepción de sobornos al senador Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal socio de la alianza oficialista liderada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la agrupación del mandatario.
Mientras desde la oposición se exige el impeachment de Temer -ya hay ocho pedidos presentados en la Cámara de Diputados-, varios legisladores de la base aliada recomiendan abiertamente la renuncia del presidente, y hasta el PSDB evalúa salirse de la coalición, lo que sería letal para el gobierno.
Ayer, la cúpula del Partido Socialista Brasileño (PSB) ya adelantó que abandonará el barco con sus 35 diputados, siete senadores y un ministro en el gabinete (Minas y Energía).
"Sugeriremos la renuncia del presidente Temer porque perdió las condiciones de gobernar", dijo el secretario general del PSB, Renato Casagrande, al sumar más incertidumbre política para los próximos días.
Para hoy, los partidos de izquierda, sindicatos y movimientos sociales convocaron a manifestaciones a favor de la renuncia de Temer y la celebración de elecciones directas para escoger a su sucesor.
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