Tom Shannon anunció su retiro y amplió el éxodo diplomático de la era Trump
WASHINGTON.- El éxodo que ha sufrido el Departamento de Estado desde que Donald Trump asumió la presidencia alcanzó a uno de los diplomáticos que mejor conoce a América latina: Tom Shannon, un histórico con una trayectoria de casi 35 años sobre sus espaldas, quien anunció su retiro.
Shannon, quien trabajó para seis presidentes y 10 secretarios de Estado, era el actual número tres del Departamento de Estado –su cargo actual es subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos– y fue crucial en la transición entre el gobierno de Barack Obama y Trump, durante la cual fue canciller interino durante 12 días.
“Decidí que era un momento importante para dar un paso atrás y determinar qué puedo hacer a continuación en mi vida”, dijo Shannon, en una entrevista con la agencia AP en la cual sostuvo que su partida se debía motivos personales, y no políticos. Shannon tiene 60 años.
Pero el retiro de Shannon representó el último –y más duro– golpe a la diplomacia de Estados Unidos, jaqueada y debilitada por las renuncias de altos funcionarios, la política de austeridad impuesta por Tillerson, quien ha reducido de manera drástica el presupuesto de la cancillería, y el aislamiento de la Casa Blanca, donde Trump, además de priorizar la política doméstica con su mantra “Estados Unidos, primero”, ha delegado parte del portfolio de política exterior en los generales de su gabinete y su yerno, Jared Kushner.
Shannon era uno de los dos “embajadores de carrera” que quedaban en el Departamento de Estado de los cinco que había cuando asumió Trump. El último, Stephen Mull, está en un año sabático.
“Es triste, pero no marca una diferencia, realmente. Estaba muy fuera del circuito, aislado”, indicó a LA NACION un diplomático en Washington, que conoce los entretelones de la política exterior de Trump.
Tillerson, quien ayer inició una gira por América latina, una región a la cual Shannon conoce muy bien tras haber sido embajador en Brasil y jefe del Departamento del Hemisferio Occidental durante la presidencia de George W. Bush, lo despidió con elogios y le dejo las puertas abiertas para un hipotético regreso.
“Siempre habrá un lugar para Tom Shannon en el Departamento de Estado”, dijo Tillerson, durante la entrevista del diplomático con la agencia AP, en la cual elogió su conocimiento “enciclopédico” de la historia diplomática del país. “Es un estadista mayor”, agregó.
Varios miembros del gobierno de Obama también lamentaron la partida de Shannon. Samantha Power, exembajadora ante Naciones Unidas, calificó su salida como una “enorme pérdida”. Benjamin Gedan, exdirector para Sudámerica del Consejo de Seguridad Nacional, dijo que su partida era esperada, pero que, con todo, era “simbólica y significativa”, y privaba a la diplomacia de un “experto” que había dedicado especial atención a América latina.
“La partida de diplomáticos legendarios como Tom Shannon y John Feeley en esta etapa de sus carreras es tan inusual como un mariscal de campo que se retira en el entretiempo del Super Tazón”, describió Gedan.
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