Trump admitió que Rusia lo favoreció en la campaña
En la primera conferencia de prensa desde que fue elegido, reconoció que Putin estuvo detrás del hackeo a los demócratas
NUEVA YORK.– En una conferencia de prensa tensa y tirante, la primera desde que fue elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump reconoció ayer por primera vez que Rusia intentó favorecerlo al orquestar el hackeo al Partido Demócrata que trastocó la campaña electoral.
“Creo que fue Rusia”, dijo Trump, ayer, cuando un periodista le preguntó si, tal como afirman las agencias de inteligencia de Estados Unidos, el presidente Vladimir Putin ordenó el ataque que derivó en la publicación de miles de correos electrónicos de los demócratas que perjudicaron a su rival, Hillary Clinton. “Pero también creo que somos hackeados por otros países y otras personas”, matizó.
Habían pasado 168 días desde la última vez que Trump aceptó preguntas de la prensa, un lapso sin precedente en la historia moderna del país. La conferencia se centró en sus lazos con Rusia y Putin.
El ciberataque de Rusia generó el repudio de todo Washington, llevó al presidente Barack Obama, a ampliar sanciones contra Moscú y opacó el traspaso de mando.
Durante meses, Trump relativizó la acusación contra el Kremlin. Pero ayer, días después de reunirse con funcionarios de las agencias de inteligencia para empaparse de la investigación federal, validó esa conclusión por primera vez.
Al hackeo ruso se sumó, anteayer, la difusión de un supuesto informe de inteligencia, que no ha sido validado ni verificado, con información explosiva y comprometedora sobre Trump que el Kremlin tendría en su poder para condicionarlo. El informe, que, entre otras cosas, describe un supuesto encuentro de Trump con prostitutas en un hotel de Moscú, fue divulgado por la cadena CNN y el sitio Buzzfeed.
Enfurecido, Trump dijo que la publicación de esa historia era una "vergüenza", que se trataba de una "noticia falsa", y se negó a responder a una pregunta de un periodista de CNN, un medio al que llamó "una fallida pila de basura".
Trump acusó a las agencias de inteligencia de filtrar ese supuesto informe de inteligencia y las denostó hasta el punto de compararlas con el nazismo, primero en Twitter ("¿Estamos viviendo en la Alemania nazi?", escribió) y luego en su encuentro con la prensa.
"Fue una vergüenza, una vergüenza que las agencias de inteligencia permitieran que saliera cualquier información, que resultó ser tan falsa. Es una vergüenza, y es algo que la Alemania nazi hubiera hecho, y lo hizo", dijo.
El gobierno de Putin dijo que el informe era falso. El Kremlin ha negado también todas las acusaciones sobre el ataque que sufrió el servidor del Partido Nacional Demócrata y la cuenta de correo electrónico del jefe de la campaña de Hillary Clinton, John Podesta. Otro ataque ruso, al Partido Republicano, quedó en la nada. El escándalo geopolítico amenaza con acompañar a Trump durante su estancia en la Casa Blanca.
Trump insistió, primero en Twitter y luego en la conferencia, en que no tiene ningún vínculo financiero o de negocios con Rusia. Intentó mostrarse fuerte e independiente del Kremlin y, a la vez, señaló que quiere tener una buena relación Moscú.
"Si a Putin le agrada Donald Trump, ¿saben qué, muchachos? Eso se llama un activo, no una desventaja. Ahora, no sé si me voy a llevar bien con Putin. Espero que sí. Pero existe una posibilidad de que no. Y si es así, ¿ustedes creen honestamente que Hillary sería más dura con Putin que yo? ¿Alguien en esta sala lo cree?", preguntó.
Luego, otro periodista le preguntó cuál era su mensaje hacia Putin, ahora que había aceptado la conclusión de que fue éste quien ordenó el hackeo para favorecerlo.
"No debería hacerlo. No lo hará", respondió Trump sobre los ciberataques. "Rusia tendrá mucho más respeto por nuestro país cuando yo esté dirigiendo que cuando otros lo han dirigido. Van a ver. Rusia respetará más a nuestro país. No debería haberlo hecho. No creo que lo haga de ahora en más", insistió.
Trump eligió a dedo a los periodistas que hicieron las preguntas. Muchos hicieron más de una, permitiéndole elegir la más conveniente y eludir las más incómodas. Una periodista insistió en conocer su declaración de impuestos. Trump le respondió que eso les importaba "sólo a los periodistas", no a la gente.
Con el tono y la actitud de siempre, saltó de tema en tema: elogió anuncios de inversión de automotrices, prometió reemplazar rápidamente la reforma de salud de Obama e instalar un plan de defensa contra ataques cibernéticos en 90 días, insistió en que construirá un muro en la frontera con México y que México lo pagará (aunque, ahora, dijo que podría ser con un "impuesto" o con un "reembolso") y anunció, con pocos nuevos detalles, que sus hijos Donald Jr. y Eric quedarán al frente de sus negocios. Su hija Ivanka dejará su marca de ropa y joyas para acompañar en Washington a su padre y a su marido, Jared Kushner, que será nombrado asesor en la Casa Blanca, en desafío a las leyes contra el nepotismo de Estados Unidos.
Al cierre de la conferencia, parado al lado de una pila de papeles con los detalles del fideicomiso con sus negocios, Trump les dejó una advertencia a sus hijos: "Espero al final de ocho años volver y decir: «Ah, hicieron un buen trabajo». Si no, si hacen un mal trabajo, diré: «Están despedidos»".
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