"Un alto desempleo será la «nueva normalidad»", dice el gurú que adelantó la crisis
En una entrevista con LA NACION, el columnista de The New York Times Tyler Cowen, aseguró que seguirá habiendo problemas financieros
NUEVA YORK.- De Tyler Cowen se saben muchas cosas. Después de todo, es columnista de economía de The New York Times, profesor universitario, coeditor de Marginal Revolution , uno de los blogs más calientes del momento, y autor de libros que abordan desde las fallas del mercado y la teoría monetaria hasta cómo seducir al dentista, manejar la fama y corregir los problemas de la comercialización de la cultura. El Los Angeles Times lo resumió con una frase que ya es célebre: "Cowen es un hombre que puede hablar de vudú haitiano, la cocina de Hong Kong, el expresionismo abstracto, la música de Zaire y el arte autóctono mexicano con lo que parece la misma facilidad".
Pero por sobre todo Cowen es conocido ahora por ser el gurú (aunque el deteste la palabra) que adelantó la actual crisis financiera, o, como lo llaman los medios, el Nuriel Roubini modelo 2011. Es, además, un fanático de la Argentina, como explicó en un intercambio de emails sobre los puntos clave con LA NACION.
–¿Por qué no se considera a si mismo un gurú?
–No creo que nadie debería ser considerado un guru y menos que menos yo. Si he podido predecir algunas cosas correctamente, como la actual crisis en la eurozona, es porque mantengo un saludable escepticismo de cualquier pretensión de ver el futuro. El euro se basaba en la premisa de que quienes manejan su política iban a poder prever todas las contingencias, lo cual obviamente es imposible. Habiendo señalado este problema en otros, no quisiera yo pecar de lo mismo.
–¿Qué va a pasar con la economía estadounidense?
–Va a tener un largo período de crecimiento lento. No va a entrar dentro de los parámetros de los que usualmente se llama una recesión, pero se va a sentir como una recesión. Ya lo estamos viendo con la crisis financiera. La innovación y creación de nuevos puestos de trabajos esperada simplemente no se concretó, a pesar de que las compañías dejaron de echar gente en masa. Por lo tanto, un alto índice de desempleo será la "nueva normalidad" para nosotros, aunque no lo veo superando el nueve por ciento. En el más largo plazo, Estados Unidos enfrenta el desafío de una población que envejece y de los problemas fiscales que parecemos poco dispuestos a abordar, pero que no pueden curarse a último momento, así que continuaremos teniendo crisis financieras.
–¿Y Europa? ¿Y la Argentina?
–Europa lo que más me preocupa. No creo que la Eurozona haya sido jamás una idea que tuviera algún sentido. ¿Por qué Grecia, que tiene uno de los peores ratings de crédito del mundo debería estar puesta a la par de Alemania, que tiene uno de los mejores? Eso nunca puede durar, de la misma manera que no podía durar la moneda argentina atada al dólar. A la vez, desarmar el euro podría traer la mayor crisis financiera de todos los tiempos. En este momento existen "corridas bancarias silenciosas" en todas las naciones periféricas en problemas. No es sólo una cuestión de conseguir fondos suficientes para un rescate, porque lo que estamos viviendo es como un gran agujero en la bañera por donde se escurre todo, por describirlo de alguna manera. Creo que va a terminar en una devastación financiera aunque, afortunadamente, Europa tiene tal calidad de capital humano que va a recuperarse.
En cuanto a la economía en la Argentina, se puede ver una mejoría, pero hay demasiada exposición a China y eso pone al país en una situación muy riesgosa. Nadie sabe qué va a pasar allí, ¿pero por qué deberíamos poner nuestra fe en un lugar todavía gobernado por el partido comunista?
–¿Y cómo es el tema de su gran atracción por la Argentina?
–Ya visité la Argentina tres veces, a mediados de los 90, unos cinco años atrás y luego tres años atrás. Estuve en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, pero me falta aventurarme más al norte y más al sur; sobre todo, tengo muchas ganas de conocer Salta y Jujuy. Me parece un país espectacular con una cultura riquísima. Mi profesora de castellano en Estados Unidos era de Buenos Aires, así que puedo entender razonablemente bien cuando hablan. Ella siempre hacía el esfuerzo por enseñarme una forma más genérica del idioma, pero finalmente caía en un léxico bien local, era una auténtica porteña. Borges es uno de mis autores preferidos, pero hay tantas cosas fantásticas en la Argentina, empezando por la arquitectura y la comida, que es difícil decir qué es lo que más me gusta de allí. Creo que captura lo mejor del modernismo y me recuerda a cómo uno podría imaginar la Europa mediterránea de 1910 sólo que con las facilidades tecnológicas contemporáneas.
Obviamente el país tiene sus problemas, especialmente en cuanto a lo financiero, pero para los extranjeros eso no afecta tan directamente. A veces los argentinos son descriptos como mandapartes, pero personalmente siento que es un lugar donde la gente dice lo que piensa sin hipocresías respecto al valor que perciben en si mismos. ¿Y cómo no admirar un lugar donde la gente es de tal belleza física? Es difícil pensar en una ciudad con más encanto sofisticado que Buenos Aires. Córdoba es linda y tranquila, y Rosario me parece que refleja mejor lo que es la verdadera vida argentina que Buenos Aires, y eso me gustó mucho también. Estoy ansioso por ver y conocer más del país.
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