Un argentino ayudará al Papa en la misa en Washington
Se trata del diácono puntano Juan Espósito, de 34 años, que en junio será ordenado sacerdote; "es un privilegio y una oportunidad única en la vida", expresó
WASHINGTON (AFP).— José Espósito descubrió su vocación en la precordillera puntana, donde la gente no tiene acceso a la Iglesia, y mañana ayudará al Papa a oficiar la misa en Washington, donde será ordenado en junio.
"Tener la oportunidad de ser diácono para el Santo Padre en la misa en esta visita histórica a Estados Unidos, para mí es una bendición", explicó Espósito, de 34 años, oriundo de San Luis.
La misa se celebrará el jueves ante decenas de miles de fieles en el estadio Nacional de Washington, en el tercer día de la visita papal a Estados Unidos.
Vocación. Para Espósito, que llegó a Estados Unidos en 2003, la misa es la culminación de un largo periplo que remonta a la época en que era estudiante de abogacía en la universidad de San Luis, cuando encontró la vocación religiosa.
Muchos años después, el seminarista recibió esta semana el llamado a las órdenes del arzobispo de Washington, lo cual quiere decir que será ordenado sacerdote el 14 de junio en Estados Unidos.
Por esa razón, ayudar al vicario de Cristo a celebrar la misa en la capital norteamericana tiene para el joven seminarista un significado especial.
"Fue una sorpresa muy grande cuando nos avisaron de la arquidiócesis que tendríamos esta oportunidad de servir para la misa con el santo padre. Es un privilegio y una oportunidad única en la vida", dijo.
El diácono habitualmente lee el evangelio, distribuye comunión y ayuda a preparar el altar en el ofertorio, es decir, asiste en lo que sea necesario al celebrante de la misa, que en este caso será el sumo pontífice.
Admiración. Espósito no oculta su admiración por Benedicto XVI: "Este papa tiene una riqueza intelectual impresionante para los que hemos seguido su literatura, su teología y sus libros".
"Mientras estuve en la Universidad, integré un grupo misionero de la parroquia de San Luis y tuve la oportunidad de viajar con ellos en la Argentina y eso empezó a hacerme pensar en el sacerdocio".
"Íbamos a pueblos muy distantes, muy pobres, donde no tenían misa más que una vez cada seis meses. Para mí fue importante ver el hecho de que sin nosotros toda esta gente no hubiera tenido acceso a los sacramentos".
En 2001, Espósito viajó a Estados Unidos. "Allí conocí la situación de la Iglesia, donde hay una necesidad muy grande de sacerdotes que hablen español por la cantidad de inmigrantes hispanos".
Tras terminar su carrera en la Argentina, regresó a Estados Unidos en 2003 y entró al seminario en Emmitsburg, Maryland. "En cuatro años y medio en el seminario he tenido una experiencia maravillosa en cuanto a la formación del sacerdocio. Estoy contentísimo".
En Estados Unidos, donde los protestantes son mayoritarios, el paisaje religioso es muy variado y competitivo, y la Iglesia católica busca no perder terreno.
Inmigración. Conforme a la evolución demográfica, la población católica en Estados Unidos, actualmente un 24%, crece fundamentalmente gracias a la progresión de la minoría hispana, que abraza mayoritariamente ese credo.
Estimado en unos 42 millones de personas actualmente, es decir un 14% de la población, el número de hispanos se triplicará en 2050 para alcanzar 130 millones, es decir 29% de la población norteamericana.
Ante esa realidad, los hispanos son una comunidad clave. "Los obispos están haciendo todo lo posible para tratar de llegar a este grupo de inmigrantes", indicó Espósito.
"Relacionado con mi experiencia misionera en la Argentina, yo lo vi como una especie de llamado muy concreto y preciso. Se trataba de ir a otro país para servir como sacerdote a una Iglesia que también necesita en este momento vocaciones con esa capacidad específica", explicó.
"Estoy convencido, por mi propia experiencia, tanto en la Argentina como acá en Estados Unidos, que las vocaciones están, pero a veces hay que salir a buscarlas. Hay que tratar de que los jóvenes respondan a la llamada de Dios", concluyó.
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