Un debate que tiene en vilo a todo el país
La nueva norma reabrió el debate sobre la lucha contra los ilegales y pone en apuros a Obama
WASHINGTON (DPA).- Para unos, se trata de una medida necesaria para proteger a los ciudadanos; para otros, es simplemente xenofobia. El endurecimiento sin precedente de la ley de inmigración en el estado de Arizona está causando en Estados Unidos un furor como casi ninguna otra ley de ámbito local.
Los defensores de los derechos civiles advierten: "Se abrió la temporada de caza de latinos". Sin embargo, los conservadores argumentan que la protección contra la delincuencia también es un derecho humano.
Desde el estado que ha levantado una enorme valla en la frontera con México surge un debate sobre uno de los problemas clave en Estados Unidos desde hace tiempo, y que tiene eco en todo el país. Este asunto recuerda además al presidente Barack Obama una de sus promesas electorales más importantes: la reforma de la ley de inmigración.
"Tengo miedo", afirmaba una estudiante latina con lágrimas en los ojos. Ella y otras miles de personas se manifestaron en Phoenix contra la ley que fue aprobada en el Congreso de Arizona.
"No puede ser que para un policía sea más importante detener a un inmigrante sin papeles que a un criminal violento sólo para no tener que hacer frente a una demanda", criticó Arturo Venegas, ex jefe de la policía de la ciudad de Sacramento, que pertenece a un grupo defensor de las libertades civiles.
No comparten su opinión, sin embargo, numerosos ciudadanos de Estados Unidos que sufren las consecuencias de un aumento de la delincuencia relacionada con la violencia y las drogas y que se filtra por la frontera mexicana.
El tema de la inmigración es, junto con el del aborto, uno de los más sensibles en política nacional y un tema especialmente delicado para todo presidente.
El predecesor de Obama George W. Bush ya fracasó en 2007 al intentar flexibilizar los derechos de los extranjeros. Su propuesta estuvo durante meses en el Senado, pero no prosperó. También Obama prometió durante su campaña que iba a sacar de "la sombra" a los millones de inmigrantes ilegales y dijo que su gobierno iba a analizar la ley de inmigración, que estaba "rota".
El hecho de que no haya cumplido esta promesa al no dedicarse durante su primer año de mandato a la ley de inmigración es algo que ha decepcionado a muchos inmigrantes y defensores de los derechos civiles, que ahora siguen con atención cómo reacciona a la ley del estado de Arizona.
El mandatario dio la orden al equipo legal de su gobierno para que evaluara su constitucionalidad, pero los defensores de la ley se muestran confiados. La nueva ley cuenta con el apoyo de la mayoría, debido a que Arizona paga los elevados costos de la inmigración ilegal, dijo Bob Dane, vocero de la iniciativa Federation for American Immigration Reform. "Es un modelo de ley para muchos otros estados", profetizó. La ley, dijo, superará los desafíos legales justamente por la seguridad que proporciona.
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