De EE.UU. y Europa a Medio Oriente. Un dilema que cruza varias fronteras
El triunfo de Hamas puso en una encrucijada a más de un gobierno. Tal fue ayer el desconcierto internacional que The Times de Londres tituló "La reacción del mundo: «¡Atense los cinturones!»"
Israel
Es el país para el cual más está en juego, sobre todo su posibilidad de convivir en paz con sus vecinos. Hamas es uno de los más violentos enemigos de Israel. Pero si el Estado hebreo busca un acuerdo de paz definitivo, sí o sí deberá negociar con ellos. El dilema es cómo dialogar con el grupo terrorista sin enfurecer a la derecha israelí. En este sentido, el triunfo de Hamas puede provocar una radicalización del electorado israelí en marzo y la llegada de los halcones al poder.
EE.UU
Washington sufrió, crudamente, ayer un shock que pondrá a prueba su rol en la región del mundo que más le alerta y afecta a sus intereses. El triunfo de Hamas fue paradójico para EE.UU.. Es, en parte, un éxito del plan de democratización de la administración Bush para Medio Oriente. Pero la llegada, en buena ley, de un grupo terrorista al gobierno palestino representa un fracaso para una Casa Blanca que se niega a negociar con terroristas. Ahora Washington se enfrenta al mismo dilema que Israel: si quiere llevar hasta el fin su política de estabilizar la región, tendrá que dialogar con aquellos a los que tilda de asesinos.
Unión Europea
La UE tiene el mismo interés que EE.UU. en solucionar un conflicto que millones de musulmanes que viven en Europa sienten como propio. La UE es el mayor donante de la Autoridad Nacional Palestina. Como tal, ayer sufrió un gran revés: el de ver que el partido que manejaba esos fondos, Al-Fatah, fue derrotado, en parte, por las acusaciones de corrupción. El desafío será qué hacer con esa ayuda. Financiar un gobierno de Hamas supondría que el dinero de contribuyentes europeos sería manejado por terroristas. No financiar ese gobierno significaría despejar el camino para que sí lo hicieran la potencia regional dispuesta a incluir a Gaza y Cisjordania en su peligrosa cruzada contra Occidente: Irán.
Irán
El gobierno iraní estaba ayer exultante por el triunfo de Hamas. No es sólo por la sintonía religiosa con un movimiento palestino que propone gobernar sobre la base de la ley islámica. Sino también por la posibilidad real de sumar un aliado estratégico -una ANP controlada por Hamas- a su cada vez más provocadora embestida contra Israel, su enemigo número uno.
Otros países
Tan sorprendidos como Occidente estaban ayer El Cairo, Beirut y Ammán. Sin embargo, el dilema que se les plantea es más de política interna que de diplomacia. Varios grupos islámicos llegaron, en los últimos años, a sus parlamentos, por el voto y no por las armas. El triunfo de Hamas podría alentarlos ahora a buscar, electoralmente, el control total de su gobierno. Semejante embestida supondría un escenario inédito: un Medio Oriente democratizado y, a la vez, radicalizado.
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