Perfil. Un "emir" sanguinario
BAGDAD (EFE).- Abu Ayub al-Masri, muerto anteayer en una operación militar en Irak, era un experto en explosivos y dirigía Al-Qaeda en ese país desde la caída en un bombardeo de su antecesor, el jordano Abu Musab al-Zarqawi, en junio de 2006.
Al-Masri, también conocido bajo el seudónimo de Abu Hamza al- Muhajir y de origen supuestamente egipcio, recibió entrenamiento en Afganistán y en Paquistán, y colaboró con Al-Zarqawi desde el comienzo de la insurgencia en Irak.
Cinco días después de la muerte de Al-Zarqawi, la rama iraquí de Al-Qaeda anunció en Internet que Al-Masri, de quien apenas se conocían datos personales, había asumido la dirección de la organización, que lo definió "un hermano respetable con un pasado de jihad y grandes conocimientos".
El primer comunicado con su firma apareció el 13 de junio de 2006 en una web islamista. El "emir" aseguró entonces que su organización iba a vencer "a los cruzados y a los chiitas" y que la guerra en Irak se libraba entre "los soldados del bien y los soldados del mal".
Las autoridades iraquíes acusaban al líder de Al-Qaeda en Irak de haber estado directamente involucrado en el diseño de más de 2000 coches-bomba, que habrían causado más de 6000 muertos en el país.
Un año después de su nombramiento, fue herido en una operación de las fuerzas de seguridad iraquíes contra los insurgentes, pero esa información no pudo ser confirmada, como había ocurrido en otras ocasiones en las que se lo dio por muerto. Estados Unidos le había puesto precio a su cabeza: cinco millones de dólares por su captura. Esta es la primera ocasión en que las autoridades iraquíes y las estadounidenses confirman al mismo tiempo su caída.
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