Un hombre armado con un cuchillo mató a cuatro personas en California: investigan un crimen de odio racial

LOS ANGELES (AP).- Al fin de semana trágico en Estados Unidos, que en trece horas dejó 31 muertos en dos tiroteos, se le suman cuatro víctimas más. California vivió ayer un nuevo episodio de violencia. Durante dos horas, un hombre armado con un cuchillo recorrió distintos puntos de la localidad estadounidense de Santa Ana y apuñaló y robó en un hecho que la policía investiga como un crimen de odio racial.

El sospechoso, de 33 años, hirió al menos a seis personas, cuatro de las cuales perdieron la vida. En un primer momento se informó que los apuñalamientos estaban relacionados con una serie de robos, pero después la policía comunicó que los ataques parecen seguir un criterio aleatorio.

El agresor fue detenido cuando salía de un 7-Eleven en Santa Ana, al sureste de los Ángeles, después de que entregara un cuchillo y un arma que le había arrebatado a un guardia, informó la policía.

Los únicos motivos conocidos eran "robo, odio, homicidio", según dijo en una conferencia de prensa el teniente de la policía de Garden Grove Carl Whitney. Todas las victimas compartían una característica: eran hispanos. Aunque el motivo de odio racial desconcierta a la policía ya que el propio sospechoso es de origen hispano también. Los detectives están interrogando al hombre y esperan encontrar pruebas en las escenas de crimen.

"Tenemos videos que le muestran atacando a esta gente y cometiendo estos asesinatos", dijo Withney. Las dos personas heridas seguían estables el miércoles por la noche y se esperaba que sobrevivieran.

Un ataque de ira

El agresor vivía en un edificio de apartamentos en Garden Grove, localidad vecina, donde apuñaló a dos hombres durante alguna clase de confrontación. Uno de ellos murió dentro del apartamento y el otro fue encontrado herido en un balcón y falleció en un hospital. Luego robó una panadería auqnue no lastimó a su dueña.

"Fue directo a la caja registradora e intentó abrirla, me enseñó un arma", dijo la comerciante. El hombre se llevó todo el dinero y huyó. "Pensé que había tenido mucha suerte porque pensó que era una clienta, no la propietaria", señaló.

La masacre continuó en una aseguradora cercana, donde el hombre apuñalo a una mujer por la espalda armado con lo que los testigos describieron como "una clase de machete", dijo Withney. Gracias a las cámaras de seguridad de la compañía de alarmas, los empleados presenciaron el robo en vivo y llamaron a la policía, que logró detener al hombre.

En el tiempo que tardó la policía en encontrarlo, el agresor huyó con el dinero de la aseguradora y también robó un negocio de cobro de cheques en el local contiguo. Poco después de las 18 condujo hasta una gasolinera Chevron, donde atacó "sin motivo" a un hombre que repostaba, señaló el teniente. Esa víctima no sufrió un robo, pero recibió puñaladas en la espalda y el rostro que casi le arrancaron la nariz.

La policía logró localizarlo en una tienda 7-Eleven de Santa Ana donde el hombre se entregó sin resistencia. Salió de la tienda con un gran cuchillo y un arma de fuego que había cortado del cinturón de un guardia de seguridad que previamente había matado a puñaladas.