"Un paso a favor de la reconciliación"
Para Samuel Hadas, ex embajador israelí ante el Vaticano, la visita ayudará a superar malentendidos
JERUSALEN.- El embajador Samuel Hadas, diplomático israelí de carrera nacido en el Chaco, hoy retirado, atesora dos misiones pioneras en la historia de la diplomacia israelí. Fue el primer embajador de Israel ante la Santa Sede hace más de una década, tras haber sido también el primer representante diplomático en España.
Ahora, cuando faltan pocos días para la llegada del papa Benedicto XVI a Israel, Hadas analiza y recuerda sus años en el Vaticano.
-¿Cómo definiría la visita que el papa Benedicto XVI está por realizar a Tierra Santa?
-Básicamente, hay que hablar de una peregrinación, pero, a la vez, es una visita que tiene connotaciones políticas inevitables. Además, reforzar la presencia de la Iglesia Católica en Tierra Santa es una meta importante. En este caso, otra implicancia política es dar un paso adelante en el proceso de reconciliación de la Iglesia Católica con el pueblo judío.
-¿Cree que el Papa está en condiciones de ejercer influencia a favor de la paz en la región, siendo el jefe de una Iglesia clave a nivel mundial, pero minoritaria en esta región?
-Creo que la importancia de su visita es su posición en el mundo, porque está a la cabeza de una Iglesia de mil millones de fieles. Si existe la influencia espiritual o moral, es evidente que su presencia tendrá importancia por el mensaje de paz que va a transmitir.
-El Papa llega tras una época de cierta tensión en el diálogo judeo-cristiano, que incluyó el levantamiento de la excomunión del obispo Richard Williamson, que dijo que en las cámaras de gas habrán muerto no más de 300.000 judíos. ¿Hay algunas nubes en el horizonte?
-En las relaciones entre judíos y católicos, que fueron definidas en alguna oportunidad, precisamente por un sacerdote católico, como "laberínticas, tortuosas y plenas de malentendidos", ha habido altibajos. Ambas partes han sumado errores y son conscientes de la necesidad de superar esos malentendidos.
-¿Diría que hoy en día eso será posible?
-El diálogo es profundo, abierto y crítico, y esto posibilita que ambas partes puedan llevarlo adelante, pese a las dificultades. Creo que tanto judíos como católicos ven la visita del Papa un poco desconectada de los problemas del pasado y que no van a malograr este proceso de reconciliación.
-Usted fue el primer embajador de Israel en el Vaticano. ¿Cree que ése es un destino poco común, con una carga emocional y dimensión histórica muy especiales?
-Sin duda, creo que la carga emocional que significa ser embajador ante el Vaticano es motivada sobre todo por las relaciones difíciles que habíamos tenido hasta ese momento, tanto en el contexto general de la Iglesia Católica con el pueblo judío, como entre el Estado de Israel y el Vaticano.
-¿Hubo, hasta mediados de los años 60, abierta hostilidad de parte del Vaticano hacia Israel?
-Recordemos que, al comienzo del siglo pasado, el visionario sionista Benjamin Zeev Hertzl fue al Vaticano a pedir el apoyo de la Iglesia Católica para la creación de un Estado judío, y la respuesta fue tajante: "Ustedes no han reconocido a Nuestro Señor, pues nosotros no vamos a reconocer su derecho a retornar a Tierra Santa". Entonces, que un judío llegue al Vaticano representando a Israel es un pedacito de historia.
-¿Cómo era ser embajador ante la Santa Sede?
-El Vaticano es otro planeta. Todo lo que yo aprendí en mi carrera diplomática me sirvió poco en el Vaticano. Allí no se tratan relaciones económicas o consulares, sino, básicamente, es una labor de diálogo, de esclarecimiento sobre Israel y de llenar un importante vacío informativo que había en el Vaticano, no solamente entre los diplomáticos sino también en las distintas congregaciones. Mi labor era de contacto y diálogo.
lanacionar