Un plan para crear empleo que deja varios interrogantes
Washington.- El gobierno de Donald Trump asegura que la drástica reducción de impuestos personales y corporativos creará empleos y traerá prosperidad a la clase media norteamericana. Pero su ambicioso plan ha generado alarma entre legisladores que temen que se dispare el déficit fiscal.
El plan prevé reducir impuestos a la inversión y la propiedad, favoreciendo a los ricos. Pero los funcionarios del gobierno dicen que al mismo tiempo serían eliminadas varias exenciones impositivas que tenían los ricos y que en líneas generales el plan beneficiará a la clase media.
La Casa Blanca todavía tiene que explicar el tamaño del agujero presupuestario que generará la rebaja impositiva, pero sostiene que el crecimiento económico resultante eliminaría cualquier riesgo de que se dispare el déficit y que incluso hasta podría reducirse.
Los lineamientos de la reforma impositiva son hasta el momento la pista más concreta de los planes de Trump para alentar la creación de empleo y cumplir su promesa electoral de ayudar a los trabajadores que han quedado relegados por una economía cada vez más globalizada.
"El presidente entiende que hay mucha gente que trabaja duro y siente que no sale adelante -dice Gary Cohn, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca-. Jamás, pero jamás apostaría en contra de este presidente. Hará lo que tenga que hacer por el pueblo norteamericano."
De todas formas, la propuesta deja abierta una serie de interrogantes sobre su impacto en los contribuyentes y la economía.
El gobierno quiere reducir el número de escalas impositivas de siete a tres, pero todavía le resta determinar los niveles de ingresos de cada escala. También tiene aún que explicar cómo hará el nuevo plan para impedir que los norteamericanos más ricos se aprovechen de la rebaja a las empresas para reducir lo que pagan como individuos. Y la Casa Blanca ha subestimado la amenaza de un rebrote del déficit, que podría socavar el apoyo de los legisladores de su propio partido.
Cohn dice que Trump y su gobierno reconocen que tienen que ser "buenos custodios" del presupuesto nacional. Pero tal y como se lo presenta hasta ahora el plan puede hacer que el déficit fiscal se dispare, a menos que desate una ola masiva y duradera de crecimiento, algo que la mayoría de los economistas descarta.
En las próximas semanas, ante miembros del Senado y de la Cámara de Representantes, los funcionarios del gobierno darán detalles adicionales de la que será la primera reforma masiva de la normativa tributaria norteamericana desde el año 1986.
El otro costado de la reforma es el recorte de otras deducciones que usan los norteamericanos más ricos, entre ellas, las deducciones por pagos de impuestos estaduales o locales, un cambio que haría que el gobierno pierda el apoyo de los legisladores en estados como California y Nueva York, donde los impuestos estaduales son más altos.
El gobierno ha recalcado que el objetivo del plan es simplificar la normativa tributaria y ayudar a la clase media. El ingreso promedio de las familias norteamericanas es apenas superior a los 50.000 dólares anuales. Sin embargo, la propuesta podría reducir significativamente la carga tributaria que pagan los más ricos, por ejemplo, con la eliminación del impuesto mínimo alternativo, un impuesto adicional que se come parte de los ingresos extraordinarios de los mayores contribuyentes.
Traducción de Jaime Arrambide
Josh Boak y S. Ohlemacher
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