Un reino malayo en Tailandia

Fue en Bangkok donde empezó -y este comienzo de novela policial o de canción tiene un anticlímax- esta nota. Fue hace muy poco, a fines de la segunda mitad de julio pasado. El ambiente no pudo ser menos dramático: una reunión de los cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). La lista no emociona a nadie: Tailandia, Indonesia, Myanmar (Birmania), Laos, Vietnam, Brunei, Singapur, Filipinas, Cambodia, Malasia. Pero esta vez se sumaron los cancilleres de tres países más: China, Corea del Sur y Japón. La primera vez que se planteó la incorporación, que por ahora es sólo eventual, fue a comienzos de la década de 1990 y la hizo el premier de Malasia, Mahathir Mohamed. Boicoteada tenazmente por los Estados Unidos, la idea se diluyó para reaparecer ahora. En rigor, tiene un precedente: la "esfera de coprosperidad de la Gran Asia Oriental", la idea brillante pero mal manejada que Japón lanzó durante la Segunda Guerra Mundial y que naufragó en 1945.

La Asean tuvo un comienzo político-militar y se deslizó luego a carriles más pacíficos y especialmente económicos. Pero no es de este tema que versará esta nota sino sobre una "hipótesis" que en verdad es una realidad: Pattani.

La razón de traerlo a colación ahora es que, por un curioso olvido, Tailandia propuso que se pidiera enviar fuerzas de paz a las regiones en conflicto del área comprendida en la organización. Se piensa de inmediato en las cruentas situaciones en Indonesia o en Filipinas. Aparentemente, ni siquiera en Bangkok se acordaron de Pattani.

Una gran rareza

¿Qué es Pattani? Un reino desaparecido anexado por Tailandia en 1786, pese a que su población es malaya, no thai, y musulmana sunnita, no budista. El censo de 1977 indica que los musulmanes son mayoría en cuatro provincias del sur de Tailandia: Narathiwat (73%), Pattani y Satun (69%) y Yala (60 %). Son minoría en Songkla (20%), que separa a tres de ellas de Malasia.

Durante la última guerra mundial los japoneses la separaron de Tailandia y la unieron con Malasia. Surgieron entonces dos movimientos: la Asociación de Malayos del Gran Pattani y el Movimiento del Pueblo de Pattani, con un objetivo preciso: restaurar la dinastía local.

Con la paz, se volvió a la situación anterior, y en 1948 fue arrestado el dirigente, Hadji Sulong, a lo que siguieron choques entre los malayos y la policía thai. Con 25.000 firmas se pidió a las Naciones Unidas que se uniera Pattani a Malasia, pero no se logró nada y así surgieron un Frente de Liberación Nacional con planteo político y un Ejército de Liberación, su brazo armado.

A esto siguió el nacimiento del Frente Nacional Revolucionario, que quería, como el anterior, la independencia, pero para formar una "república islámica", y el Frente Unido de Liberación, más radicalizado y más activo al que siguió el Camino de Dios, con base en una guerrilla urbana.

En general los dirigentes pertenecían a la nobleza y tuvieron bases o ayuda en Arabia Saudita, Libia, Siria, Malasia y hasta Irán (pese a ser sunnitas). El movimiento evolucionó hacia una línea ideológica para encuadrar el conflicto y plantearlo sobre una base religiosa:el islam frente a un Estado fuerte y budista.

Pattani se ha caracterizado dentro del mundo político musulmán del pasado y del presente como una gran rareza por haber tenido a su frente no una sino cuatro mujeres reinando sucesivamente: Ijau, Biru, Ungu y Kuning entre 1584 y 1688, con la particularidad de haber demostrado una gran capacidad como gobernantes. Su originalidad es dentro del conjunto, pero hubo otras mujeres que gobernaron en otros países musulmanes y que desmintieron un mito: Benazir Bhutto no fue quien abrió el camino.

En cuanto al planteo político de Pattani, sigue como hace medio siglo, pero si se lo quiere replantear de nuevo ante las Naciones Unidas la reciente conferencia ha abierto una "caja de Pandora", y ella lo puede llevar otra vez a la actualidad. Los ataques terroristas de los movimientos nacionalistas de Pattani no cesaron, de modo que sería sólo cuestión de tiempo... ir un paso más allá.