Un replanteo para EE.UU.
WASHINGTON (International Herald Tribune).- Estados Unidos, que se enfrentó a una semana extraordinariamente grave de atentados terroristas internacionales, ofreció ayer enviar investigadores a Marruecos, así como anteriormente lo hizo a Arabia Saudita, mientras sopesa el impacto de los ataques de ayer en Israel, que llevaron al primer ministro Ariel Sharon a posponer una visita a la Casa Blanca.
Los recientes ataques, junto a otros perpetrados la semana pasada en Chechenia, dejaron un tendal de muertos, elevaron drásticamente la alarma entre extranjeros y locales en las regiones afectadas y pusieron al descubierto los serios desafíos políticos, militares y de inteligencia que aún no han sido alcanzados en la campaña global contra el terorismo.
Demostraron que "la guerra contra el terrorismo continúa", según dijo el presidente George W. Bush el sábado.
Entre otras cosas, los ataques de Riad del lunes último parecen profundizar las divisiones entre el liderazgo saudita sobre cómo enfrentar al terrorismo.
Según oficiales sauditas, militantes de Al-Qaeda probablemente estén detrás de los ataques, mientras las autoridades de Marruecos responsabilizaron a fundamentalistas locales simpatizantes de Al-Qaeda por las explosiones del viernes en Casablanca, que dejaron 41 muertos.
Pese a que ninguna autoridad vinculó los atentados en ambos países árabes con los de Israel, algunos analistas señalaron que un efecto indirecto sería que Estados Unidos podría aliviar la presión sobre el gobierno israelí para avanzar más decisivamente en el proceso de paz.
Conexiones
El ministro de Interior saudita, príncipe Nayef bin Abdul Aziz, informó ayer sobre el arresto de cuatro hombres vinculados con los ataques del lunes, que dejaron decenas de muertos, incluidos ocho norteamericanos. Los detenidos, precisó, formaban parte del grupo de 19 sospechosos miembros de Al-Qaeda que las autoridades habían identificado a comienzos de mes, y que por poco no llegaron a apresar.
"Reforzamos la seguridad para los extranjeros en el reino y cualquiera que trabaje en empresas internacionales", anunció Nayef a la prensa.
Asimismo, dijo que aún era muy prematuro determinar si existe una conexión entre las explosiones de Riad y los atentados de Marruecos, aunque ambos estuvieron bien coordinados y contaron con múltiples atacantes cargados de explosivos.
Todos juntos, los recientes ataques en varios países llevaron la atención mundial nuevamente hacia el problema del terrorismo, dieron a los demócratas estadounidenses una oportunidad para criticar la efectividad del presidente George Bush y mantuvieron elevada la tensión en Medio Oriente.
Los atentados en Israel frenaron el proceso de paz, no sólo porque pospusieron la reunión entre Ariel Sharon y Bush, en la que el premier israelí pensaba exponer sus objeciones al plan de paz, sino porque hicieron surgir nuevas dudas entre los israelíes sobre la fiabilidad de la nueva administración palestina como socio en las negociaciones.
La semana de atentados llevó a algunos legisladores demócratas en Washington a sugerir que la administración Bush ha avanzado muy poco en la lucha contra el terrorismo, concentrándose demasiado en la guerra en Irak.
El senador Chuck Hagel, republicano por Nebraska, opina lo contrario. "Está todo conectado de alguna forma", dijo. "Uno no puede desvincular lo que sucede en Afganistán, Irak, los ataques terroristas en Arabia Saudita y en Marruecos del plan de paz. Están todos entrelazados en una situación muy complicada y peligrosa", añadió.
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