Polémica. Una amiga del rey pone en apuros a la corona española
Juan Carlos I canceló un viaje a Abu Dhabi tras el escándalo con Corinna
MADRID.- La reaparición en la escena pública del nombre de Corinna Sayn-Wittgenstein, supuesta amante del rey Juan Carlos, no sólo tuvo el efecto de un baldazo de agua fría sobre la imagen de la corona española. La sola mención de la noble alemana en una serie de e-mails de su autoría, que dan pruebas de la antigüedad de sus lazos con el círculo monárquico español, también dejó secuelas más allá de la reputación.
En cuestión de horas, el escándalo precipitó la cancelación de un importante viaje de negocios del rey y provocó, casi al mismo tiempo, el pedido de explicaciones al Palacio de la Moncloa sobre la posible asignación de recursos del Estado para solventar el supuesto papel de la princesa como "asesora" del gobierno.
/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/UIXVJGYCRBHDLMN7MOG4SB7BX4.jpg)
El estallido de esta nueva crisis, que parece prolongar el annus horribilis vivido por la corona española en 2012, comenzó la semana pasada, cuando fueron revelados varios correos electrónicos en los que Sayn-Wittgenstein agradecía al entorno del duque Iñaki Urdangarín su invitación a un encuentro organizado por el Instituto Nóos en 2004.
La administración de esa institución, entonces a cargo del yerno del rey, es investigada por la justicia española, al ser sospechada de desviar fondos públicos a paraísos fiscales. Y el ingreso de la princesa al centro del peor escenario posible para la monarquía es una dolorosa estocada para los intentos de la corona española de enmendar sus desaciertos.
Así, la prensa española, aún manteniendo el tradicional respeto por la institución real, se atrevió a especular con que la irrupción de la princesa fue el verdadero motivo de la suspensión del viaje del rey a Abu Dhabi programado para hoy.
Según publicó ayer el diario El Mundo, citando a fuentes diplomáticas, la visita de Juan Carlos I a la capital de los Emiratos Árabes fue cancelada de inmediato a pesar de que "había sido cerrada" tres días antes.
El objetivo de este viaje no era meramente protocolar: como sucedió otras veces, la presencia del rey aparecía como la principal carta de la comitiva española para ganar millonarios contratos para empresas de su país en Medio Oriente.
Sin embargo, en el Palacio de la Zarzuela aseguraron que el monarca desistió de viajar por "problemas de salud", debido a que sus recientes operaciones de cadera, en combinación con sus 75 años de edad, hacían "inconveniente" un viaje en avión de más de siete horas.
Las dudas que genera esta polémica trascienden los muros de la residencia real. En el Parlamento, el diputado Ricardo Sixto, de Izquierda Unida (IU), anunció que impulsará un interrogatorio al gobierno de Mariano Rajoy en el Congreso para dejar constancia de que la actividad de Sayn-Wittgenstein en España implicó gastos para las hoy enflaquecidas arcas del Tesoro de ese país.
Estas sospechas tienen su origen, más allá de su vinculación con el Instituto Nóos -con el que el viernes se supo que estuvo contactada en 2004, cuando aún estaba casada con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg- en declaraciones que la princesa alemana hizo al periódico The New York Times, en septiembre pasado. A pesar de que negó una relación sentimental con el rey, dijo que se había desempeñado como "asesora estratégica" del gobierno español.
La princesa, quien conservó su título nobiliario tras divorciarse de Casimir en 2005, fue la encargada de organizar la cacería de elefantes en la que el monarca sufrió la rotura de su cadera el año pasado. Sayn-Wittgen- stein fue vinculada sentimentalmente al rey, con quien, según algunos medios alemanes y el diario italiano La Stampa, habría mantenido un romance desde 2006.
lanacionar