Una ley casi centenaria sostiene carreras de galgos en Florida
Melbourne, Estados Unidos (AFP).- Seis galgos corren sin público en la pista que circula en torno a un lago bordeado por arbustos resecos. Sólo 14 ancianos asisten a la carrera en un anfiteatro de Florida que tiene capacidad para 2000 personas.
"Es un poco decepcionante", dice John Niebler, el director de operaciones del casino Melbourne Greyhound Park, en la ciudad de Melbourne, señalando las gradas prácticamente vacías.
No es un secreto que las carreras de galgos están dando sus últimos pasos. En la década de 1990, las apuestas sobre una sola pugna podían acumular 500.000 dólares, según Niebler, pero las de hoy sólo llegan a 15 dólares.
La actividad sigue en pie en este estado del sureste de Estados Unidos gracias a una ley de 1931 que legalizó las apuestas en las carreras de perros y de caballos. Luego, según una serie de normas aprobadas desde los años ochenta, las pistas de carreras de Florida han tenido que seguir ofreciendo estos espectáculos vivos si quieren operar otros juegos de azar más populares.
"No tiene mucho sentido, ¿no? Si buscas lógica, no la vas a encontrar en las leyes sobre carreras", dijo a la AFP Christine Dorchak, presidente de GREY2K USA Worldwide, una organización que aboga por acabar con las carreras de perros, que son consideradas crueles por los defensores de los animales.
Hoy en día, la Florida Greyhound Association (FGA), que defiende a los operadores de las perreras, consigue mantener vigente la ley que no agrada ni a los amantes de los animales ni a algunos de los casinos, forzados a sostener un negocio polémico que da pérdidas para poder operar.
Pero el pacto tiene sentido para los dueños de las perreras, cuyos galgos ganadores, aunque nadie los vea ganar, igual se reparten proporcionalmente entre 4 y 5% de los ingresos de los demás juegos de azar del casino, explicó Jack Cory, portavoz de la FGA.
Como resultado, "miles y miles de perros son básicamente rehenes, porque la legislatura les dijo a los dueños de pistas de perros: 'Les permitiremos tener máquinas tragamonedas, juegos de cartas y cosas de casinos si también tienen carreras de perros'", dijo Dorchak.
Este lunes, legisladores de Florida aprobaron el texto de una enmienda constitucional que será sometida a referéndum en noviembre, aunque la FGA promete ir a tribunales para evitarlo. La propuesta busca eliminar gradualmente las carreras de galgos de aquí a 2020.
Adentro del casino, los clientes juegan cartas, prueban suerte con las tragamonedas o apuestan en las carreras de galgos retransmitidas en los televisores. Pero muy pocos salen a la pista a ver a los verdaderos perros.
"Es divertido, es una linda manera de pasar la tarde", dice Joanne Garrison, de 74 años, una de los 14 espectadores en el anfiteatro.
Joanne verá ocho carreras esta tarde, pero para cada perro la acción acaba rápido: solo dura 30 segundos. Los galgos, que antes estaban tan excitados cuando les ponían los uniformes y bozales, ahora tienen que volver a sus jaulas. Allí tendrán que quedarse dos o tres días hasta que vuelvan a correr otros 30 segundos.
GREY2K USA Worldwide denuncia casos de sobredosis de estimulantes. En el último episodio conocido, el año pasado una perra murió en plena carrera en Florida a causa de un derivado de la cocaína. Los animales también sufren graves heridas cuando chocan entre sí a velocidades que alcanzan 70 km/h.
Pero, según Cory, las acusaciones de maltrato animal son infundadas. Si los operadores de las perreras no tratan bien a sus galgos, éstos perderían y ellos dejarían de recibir su porcentaje de los juegos de cartas del casino.
"El dueño no recibirá ningún dinero si sus animales no están cuidados, bien alimentados, bien ejercitados y bien medicados", dijo Cory a la AFP. - Pérdidas -
El Melbourne Greyhounds Park es una de las 12 pistas de carreras de galgos en Florida y una de las 150 que existen en el mundo. Las apuestas sobre estas carreras son ilegales en 40 estados de Estados Unidos, que tiene 18 pistas en total.
Aún así, Florida pierde 3,3 millones de dólares al año porque los costos de regular la actividad exceden lo que se recauda en impuestos, según un reporte de 2013 de la consultora Spectrum Gaming Group.
"La gente ya no viene como antes, a pesar de nuestros esfuerzos", dice a la AFP Jim O'Brien, el gerente del Melbourne Greyhounds Park. "Hacemos lo que podemos. Pero los consumidores ya no tienen interés".
Su casino pierde 200.000 dólares al año para mantener operativas las carreras. Pero éstas le permiten mantener otros juegos de azar que generan ganancias de 7,8 millones de dólares.
Por eso O'Brien está a favor de la llamada "separación" que permitiría a los casinos operar juegos con apuestas mutuas (es decir, entre apostadores) sin necesidad de ofrecer espectáculos vivos.
La decisión final podría estar en los votantes de Florida. Hasta ese momento, "tengamos diez espectadores o diez mil en las gradas, seguiremos ofreciendo un buen show", dice O'Brien.
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