Una nueva versión del correísmo
QUITO.- Sin el liderazgo de Rafael Correa ni los fondos de los tiempos de la bonanza petrolera, la izquierdista Revolución Ciudadana, basada en una redistribución de recursos hacia los sectores más carenciados, entrará con Lenín Moreno en una etapa incierta.
La temida "reacción conservadora" en la región, de la que habló ayer Correa luego de votar, tendrá inevitablemente su nueva versión en el heredero del presidente, que se verá forzado a cortar la sangría de un déficit público de mil millones de dólares mensuales.
"La Revolución Ciudadana acaba de terminar", dijo a LA NACION Santiago Basabe, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). "Esta revolución se sostenía en dos pilares: la abundancia de recursos del Estado y la figura del caudillo. En lo económico, Moreno deberá aplicar medidas de ajuste y reducir la cobertura social, y en lo político su liderazgo no se equipara al de Correa", agregó. El analista, además, comparó la transición que se inicia el próximo 24 de mayo con otros dos casos de la región: Venezuela y Colombia.
"Aunque Moreno intente tomar un rumbo propio, su situación será más parecida a lo ocurrido en Venezuela que a lo de Colombia. Efectivamente, el presidente Juan Manuel Santos se alejó de su mentor, Álvaro Uribe, y emprendió un camino diferente, pero Santos es una persona con liderazgo y capaz de generar políticas propias. Y desde ninguna perspectiva ése es el caso de Moreno. Más que el Santos de Uribe, Moreno será el Nicolás Maduro de Hugo Chávez, una persona sin un liderazgo propio", señaló.
Basabe hizo otra analogía con la región. "Salvando las distancias, creo que el caso de Correa puede ser muy similar al de Juan Perón, que estuvo alejado unos años del poder, pero que nunca perdió su influencia. Correa es joven, tiene muchos años de lucidez por delante, mucha ambición política y se acostumbró a las mieles del poder", concluyó.
Pero la cuestión del ajuste económico y la influencia de Correa sobre la política local son sólo dos de los desafíos que aguardan a Moreno. ¿Qué hacer con la corrupción enquistada en el gobierno durante estos diez años?
Ya durante la campaña el presidente electo dijo que formaría un frente para que "los corruptos de ayer y los de ahora, de este gobierno, terminen en la cárcel". Pero no necesita mirar muy lejos para encontrar, por ejemplo, uno de los principales acusados por el escándalo de corrupción en Petroecuador y Odebrecht. Su compañero de fórmula Jorge Glas, el favorito de Correa en el binomio presidencial, fue señalado por el opositor Guillermo Lasso como el "responsable político de la corrupción en Ecuador".
"Cualquier avance de Moreno contra Glas inevitablemente traerá una fractura en el nuevo gobierno -dijo el analista Simón Pachano-. No hay que olvidar que Alianza País es un conglomerado de partidos, y en el Congreso, de las 74 bancas con las que cuentan en la próxima legislatura sólo 50 son de sus propias filas y el resto son pequeños partidos que seguramente dejarán la alianza apenas haya la posibilidad de fractura."
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