Barrio chino
Un bazar de lo que no abunda
Lujo práctico: el jacuzzi inflable
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Buena idea: la evolución de la pileta inflable tiene hidromasaje. Siempre y cuando haya electricidad disponible, se trata de un lujo práctico a más no poder.
Son autoinflables, portátiles (aunque pesan unos 30 kilos), tienen un sistema de hidromasaje (con calentador rápido, de ser necesario), una funda protectora y sirven tanto para exterior como para interior.
Ya se agotaron en Sodimac de Vicente López, pero aún se consiguen en cantidad de sitios online (sólo basta googlear "jacuzzi inflable") y, para el que esté de vacaciones en Punta del Este y alrededores, la tienen en Tienda Inglesa. Ahora que están de moda los campings glamorosos, cualquier jacuzzi inflable subiría inmediatamente cualquier camping a la categoría de glamping.
Pato popero, recuerdo de Uruguay
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Un buen recuerdo de Uruguay, el Pato que hace pochoclo. Se vende por allá en los negocios de electrodomésticos y puede traer alegría en una tarde de lluvia, entre otras cosas.
El procedimiento es muy fácil: con el sombrero del pato, se ponen dos medidas de maíz pisingallo en su cabeza, se enchufa el aparato, se presiona un botón y ahí el Pato popero entra en acción: empiezan a brotar el pochoclo y la felicidad.
Una excentricidad porteña relacionada: en Buenos Aires, en un bazar de Entre Ríos 545, ofrecen, en cambio, un perro pochoclero. De culto.
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