Batman y Superman versus los críticos
¿Qué tiene en común el estreno de Batman vs. Superman: el origen de la justicia con la carrera presidencial en los Estados Unidos? Aparentemente mucho. Es que el lanzamiento global del tanque de superhéroes de DC volvió a poner en primera plana una vieja discusión sobre el lugar de los críticos, su influencia en "llevar" público a los cines y la distancia entre el gusto de los espectadores y las opiniones de los profesionales.
Ante el aluvión de reseñas negativas para el film de Zack Snyder, el hecho de que sea la película más vista en todo el mundo (incluida la Argentina, donde quedó primera en la taquilla, con más de 500.000 entradas vendidas), pareció justificar a quienes afirman que así como los comentaristas políticos no supieron interpretar el interés del pueblo norteamericano por Trump, los críticos cinematográficos tampoco lograron ver que los espectadores no se resistirían al cruce entre los dos superhéroes más conocidos y populares.
Lo cierto es que, más allá de esa vendetta reduccionista y simplista de los estudios contra los críticos supuestamente elitistas, es más interesante pensar por qué Batman vs. Superman sumó más de 400 millones de dólares en la taquilla global a pesar de un consenso crítico sobre sus escasos méritos cinematográficos. Una de las razones, claro, está en el título mismo. Dijeran lo que dijeran las reseñas, no hay fanático de los cómics en el mundo que pudiera resistirse a ver la película en su fin de semana de estreno. El hecho de que se lanzara en todo el planeta en forma simultánea (incluido el codiciado mercado chino) el fin de semana de Pascua, y sin competidores fuertes, también contribuyó al éxito comercial.