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Los otros yo de la ciudad, con guía y todo; para locales y visitantes
"El otro día iba caminando por Palermo y me crucé con un grupo de gente que hacía un tour sobre grafitis por la calle y en inglés, ¿interesante, no?", comentaba una chica durante una comida con amigas. Hablaba de una de las nuevas modalidades para conocer el lado B de la ciudad de Buenos Aires a través de tours atípicos que satisfacen gustos específicos y alientan a los turistas y, por qué no, locales a salir del paseo clásico. También se suman otros que proponen un acercamiento al lado A, el circuito tradicional, a través de una experiencia distinta y personalizada.
Para ser turista por un día en la ciudad sólo se necesitan, y dependiendo del caso, ganas de caminar o correr, calzado cómodo, una cámara de fotos, un reproductor de MP3 y, sobre todo, saber escuchar y observar.
El paseo puede comenzar a la mañana temprano, en pleno microcentro, más exactamente en Florida y Diagonal Norte, al tomar el Buenos Aires Bus, un ómnibus sin techo al estilo double decker inglés, pero amarillo, que desde mayo último recorre 12 puntos clave de la ciudad en casi tres horas y por $ 25 pesos. Si el clima acompaña, lo ideal es ubicarse arriba y colocarse rápido los auriculares para no perder la grabación con información turística, en más de 10 idiomas, sobre qué mirar, hacia adónde, y algo de historia acerca de cada zona.
Desde allí es más fácil ver detalles arquitectónicos y disfrutar de monumentos que en el día a día pasan inadvertidos. "El ómnibus tiene un sistema de hop on y hop off por el que los usuarios se pueden bajar en las paradas, recorrer y volver a subir 30 minutos después en el ómnibus siguiente", explica Laura Barosio, responsable de comunicación de Babus, que cuenta con el auspicio del gobierno porteño. La primera parada es la Plaza de Mayo y la última, plaza Lavalle. También se visita La Boca, Palermo, Puerto Madero y Recoleta, por ejemplo, y el circuito termina en el punto inicial.
En formato digital
La próxima experiencia tiene como eje el barrio de San Telmo y las coordenadas de inicio las establece MPTours.com, empresa creada por Steven Finder y Juan Pablo Iribarne en 2006, que ofrece recorridos turísticos en formato MP3 para personas que les huyen a los paseos grupales con itinerario estipulado. "La idea surgió en un viaje mientras mirábamos una película en la que el personaje caminaba por las calles de Chicago siguiendo instrucciones desde una vieja casetera", cuenta Finder. Para dar comienzo a este tour que fusiona tecnología y autonomía hay que pararse en la esquina de Defensa y San Juan, y apretar el botón de play. Y aunque el tour es individual, en ningún momento del trayecto se está solo: Riso, un cantante de tango, es el encargado de guiar al usuario en la travesía por los lugares que mejor conoce y animarlo a apretar pause cada vez que quiera investigar algo fuera del itinerario. "Nuestro producto es como ir al cine porque los locutores son actores, y los guiones fueron preparados por guionistas profesionales", agrega. En la página Web se pueden comprar y descargar tours por San Telmo, Palermo y Recoleta por 12,50 dólares y también conseguir los CD en Tienda Malba.
La tarde de turismo continúa por las calles de Colegiales, donde Marina Charles y Jo Sharff, dos jóvenes inglesas radicadas en Buenos Aires, dan comienzo a un grafiti tour a pie y en inglés que se extiende por Villa Crespo y Palermo y conecta a los usuarios con el arte callejero local. Esta zona se convirtió desde hace algunos años en un lienzo urbano para diversos artistas: stencils, grafitis y stickers se despliegan a medida que se suceden las cuadras y el tour se encarga de descifrar sus significados.
El día está por terminar, pero aún queda un tour por realizar. Esta vez el lugar de encuentro es la Facultad de Derecho de la UBA. Juan Ignacio Lapadula, creador del Urban Running Tour, propone recorrer la ciudad y aprovechar para hacer ejercicio al mismo tiempo. Condición indispensable para el tour es vestir ropa y zapatillas deportivas, nada más. Y tiene sentido: hay que correr aproximadamente 10 kilómetros en dos horas a un ritmo de paseo sobre una ruta diseñada según el usuario.
"La idea surgió hace dos años al ver que este tipo de tours, que se ofrecen en ciudades como Roma o Nueva York, no existían en Buenos Aires. Lo hace mucha gente aficionada al deporte que está de vacaciones o en viaje de trabajo y no quiere cortar el entrenamiento. De paso aprovecha para conocer con un guía los lugares de la ciudad que no puede perderse", explica Lapadula mientras corre con la cámara en mano por la avenida Figueroa Alcorta. El tour se realiza en cuatro idiomas: español, inglés, francés y portugués y tiene un valor de 50 dólares por persona. "Durante el trayecto se realizan algunas paradas para tomar fotos que se considera que el cliente debe tener. Después se las enviamos por email", concluye Lapadula y se va corriendo.
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