Como si hubiera una especie de correlato entre lo material y lo intangible, CeeLo Green tiene un ego acorde a su humanidad. Cuando habla, es capaz de referirse a sí mismo en tercera persona, como también evitar la falsa modestia al momento de enumerar los distintos niveles de éxito que cosechó desde mediados de los noventa a la fecha. En todo ese tiempo, Green pasó de ser parte del colectivo de hip hop Goodie Mob a abrir el juego a una carrera solista en la que Ludacris, Timbaland y Pharrell Williams participaban en sus discos en un trato de igual a igual.
En 2006, Green se alió con el productor Danger Mouse y juntos crearon Gnarls Barkley, una aplanadora de soul y R&B con la que cosecharon “Crazy”, uno de los hits más indelebles de lo que va del milenio. Desde entonces, Green retomó su carrrera solista a caballo de otro éxito, “Fuck You!”, que alternó con bolos en sitcoms y películas, y un reality sobre su propia vida. Su última y ambiciosa creación fue un alter ego presentado en sociedad en la alfombra roja de los premios Grammy, en donde apareció vestido de pies a cabeza en un atuendo dorado que llegaba a cubrir su propio rostro. ““La clave es darle a la gente alegría y magia”, dice Green, antes de presentarse esta noche en el DirecTV Arena de Tortuguitas.
El año pasado simulaste tener un accidente con un celular que explotaba para dar pie a un alter ego tuyo, Gnarly Davidson. ¿Pensás que la gente finalmente lo entendió?
No, para nada, no puedo decir que lo hayan hecho, pero fue divertido. Me considero una rareza, y alguien como yo (y no porque sea yo) debería presentarse ante el mundo de la manera más pomposa posible. Con suerte, todas las instancias en las que yo pude ser ese individuo inspire a alguien a los demás a ser ellos mismos de la misma manera, para que puedan aparecer y contribuir en esto de hacer avanzar a la cultura. Es una celebración del arte, es lo único que me importa. Si la gente pudo entender eso, es suficiente para mí. Creo que al final del día, como artista tenés que estar listo para ganar, perder o empatar, pero tenés que ser único. Cuando se me viene una idea pienso “Ok, esto es único y original, nunca vi nada así, pero se siente bien”, y una cosa lleva hasta otra hasta la ejecución de esa idea. Tuvimos algunas circunstancias que funcionaron como lo habíamos planeado. El video de la explosión salió antes de lo planeado, en diciembre y lo de los Grammy fue en febrero. Así que si hubiera podido hacer que esos elementos se alinearan de manera correcta, la gente podría haberlo entendido mejor. Pero, al final del día, es algo muy propio de CeeLo Green hacer algo salvaje, bizarro e interesante, así que en cierto modo termina teniendo sentido igual.
Parecías un villano de James Bond con ese atuendo. ¿Cuál fue la inspiración para esta nueva identidad?
Intenté explicarlo tantas veces, y decidí dejarlo como algo vago, porque hay bastante mística en ese personaje. Grabé un proyecto entero para él, pero no estuvo inspirado por ningún villano que yo hubiera visto. Me pregunté a mi mismo cómo podía reinventarme en la manera en la que David Bowie, Madonna, Prince o Missy Elliott lo harían, por nombrar a un par de estas entidades camaleónicas. Son más que artistas, son enigmas, y no me animaría a ponerme al mismo nivel que ellos, porque hay humildad en lo que hago, pero la idea era que CeeLo Green no fuese parte de lo que estabas viendo. Estaba sacrificando mi propia imagen para crear algo nuevo, para ser admirado e inspirar a otros artistas.
Recién mencionabas a Prince. Pudiste cantar con él en Nueva York. ¿Cómo fue eso?
Tuve la suerte de contar con el reconocimiento de todos esos grandes genios que mencioné antes. Pude conocer a David Bowie, a Prince, a Sly Stone, a Gene Simmons, los que se te ocurran, todas personas icónicas. Que alguien como Prince ubique lo que hago y me invite a cantar una canción mía frente a su propio público en el Madison Square Garden... ¿cuánto más honor podés llegar a conseguir? La gente debería estar impresionada, porque él era mucho más grande que yo, ¿me entendés? Es uno de los más grandes elogios que recibí o viví. Pude cantar junto a una de las personas que más admiro en mi corazón, y no fui CeeLo Green en ese momento. Estaba parado frente a alguien a quien amé y admiré muchísimo, así que era un fan más.
Hace un par de años sacaste tu autobiografía. ¿Qué te motivó a escribirla?
Visto desde ahora, no fue necesario, porque todavía estoy vivo y me siguen pasando cosas maravillosas desde que se publicó el libro. Podría escribir una segunda parte, a esta altura. Todos estábamos muy entusiasmados con la posibilidad, porque es un gran elogio que se te acerque una editorial y te diga que quiere que publiques un libro sobre tu vida. Se debió al éxito que estaba teniendo, algo bastante único durante muchos años. Tenés el suceso de Gnarls Barkley y también el de CeeLo Green, sumado al éxito televisivo con The Voice, todos momentos enormes en mi vida y fueron fascinantes para la gente. Un amigo me dijo una vez “vos lo vivís desde adentro de tu cuerpo, entonces no podés ver cómo los demás te ven”, así que traté de estar tranquilo con eso, y ahí fue cuando me di cuenta que tenía que hacer algo con toda esta energía. No tenés que volverte un arrogante o un pelotudo porque a la gente le gusta lo que hacés. Tenés que ser generoso, amable y classy.
Muchas veces hablaste del tiempo que te tomó forjar tu carrera. Fuiste jurado de la primera edición de The Voice. ¿No te resultaba raro ser parte de una competencia televisiva de ese tipo?
No, para nada, y no creo que exista un formato que se adapte tanto a mi propia persona. Cuando nos presentaron la oportunidad y el concepto de las audiciones a ciegas, donde te das vuelta y elegís a alguien por nada más que la vibración de su voz... eso fue increíblemente hermoso, porque de última es lo único que debería importar. Me permitió hacerme fan de la voz de alguien que todavía no había sido descubierto: cerrás los ojos y un mundo entero de visiones se te aparecen con los sonidos, te rozan la piel y se meten más allá, porque la música tiene ese poder. Entonces, quiero ser un sumiso de ese poder, como escucha y también como anfitrión. Tiene sentido para mí ser un mentor después de lo que pude hacer y volverme exitoso. Si ves la evolución de CeeLo Green, vas a ver que salté de un espacio a otro hasta encontrar mi lugar.
Para promocionar tu último disco creaste Ceelo’s Joyride, un juego para celulares. ¿De dónde salió esa idea?
Fue una oportunidad que se me presentó para hacer algo que nunca antes había hecho. La idea era hacer algo realmente atractivo, los desarrolladores ya habían creado la tecnología y yo funcioné más como un embajador de su marca, por decirlo de algún modo. Fue algo complementario a la difusión del álbum; me dijeron que querían hacerlo, y no todos los días te ofrecen algo así. No te voy a decir que el costo fue gratuito, pero fue algo bastante más tolerable que si lo hubiéramos hecho por nuestra cuenta, así que no vi por qué no debía probarlo. Dicho esto, debo reconocer que nunca fui un gran gamer. El primer juego que jugué entero fue uno con mi nombre y mi cara. No mucha gente puede decir eso.
En 2018 se van a cumplir diez años del último disco de Gnarls Barkley. ¿Pensás que pueden volver, o ya es historia pasada?
Para ser sinceramente honesto, cuando nos juntamos con Danger Mouse planeábamos hacer un solo disco. Fue una carrera bastante corta, pero después de dos discos todavía podemos hacer algo bastante memorable. Hablamos y discutimos entre nosotros sobre qué podía depararnos el futuro, y grabamos más canciones. No quiero prometer nada, porque en el medio cada uno hizo sus cosas y dejamos todo de lado, pero tuvimos un par de intentos en los últimos años. Lo bueno es que tenemos nuevas canciones grabadas, nadie las escuchó jamás y quizás algún día vean la luz. Eso espero, porque son bastante buenas, y no quisiera que queden en el olvido.
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