Mañana se estrenará "The Company". Altman, un artista contra las modas
A los 80 años, prepara un nuevo film
LOS ANGELES (Corriere della Sera).- "Si sobreviví a Hollywood seguramente voy a superar sin problemas los 80 años", bromea Robert Altman. Con esa edad recién cumplida, la memoria del realizador está punteada de anécdotas, citas literarias y referencias pictóricas. Recuerda perfectamente los tiempos en los que Estados Unidos no tenía televisión y él, enviado por su familia a estudiar con los jesuitas, soñaba con comunicar sus ideas a través de la pintura, de la radio y de la escritura. Hasta que finalmente eligió el cine.
"A veces me gusta pensar que Europa entendió mejor a mi país gracias a mis películas", dice Altman, que se valió de capitales procedentes de Alemania para coproducir con Estados Unidos "The Company", cuyo estreno en la Argentina se anuncia para mañana.
El film es una mirada sobre el mundo de la danza que tiene lugar en medio de una auténtica compañía, el prestigioso Joffrey Ballet of Chicago, y surgió de una idea de la actriz Neve Campbell, formada en la danza antes de llegar al cine. Después de varios intentos, Campbell convenció a Altman de que dirigiera el film, en el que Malcolm McDowell encara al director artístico de la compañía.
Actualmente, Altman trabaja en la misma dirección. "Estoy preparando un film sobre el ambiente artístico de Nueva York. Pintores, escultores, galerías de arte. En el fondo, también se tratará de un film casi documental, que al mismo tiempo sugerirá algunos enigmas sobre nuestro mundo actual", dice Altman de "Paint", cuyos protagonistas son Glenn Close y James Franco, uno de los protagonistas de "The Company".
Para Altman, Estados Unidos es "un país de estafadores, hombres a lo mejor geniales y soñadores", y dice que más que Hollywood lo que realmente odia "son las reglas del negocio, el capitalismo mercantilizado del cine que se sintetiza con esa horrible expresión llamada box office".
Con todo, afirma que Hollywood devora su propia realidad y siempre es capaz de reinventarse a sí mismo, gracias, por ejemplo, a los efectos especiales. "A mí no me gustan y yo no los uso, pero señalan, sin dudas, un nuevo camino para el cine que algo de bueno debe tener."
En cuanto a la reciente contienda por el Oscar, Altman dice que la Academia hizo este año una elección en contra de la corriente, "sin hombres araña y con hombres y mujeres verdaderos detrás de las cámaras, como Eastwood, Scorsese y ese joven talento llamado Alexander Payne, el director de «Entre copas». A veces, viendo sus películas, siento que estoy frente a mi heredero".
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