Amores de celuloide que no se olvidan
Habituados a las prácticas democráticas y apasionados como son por las listas, los norteamericanos la hacen simple cuando quieren determinar a quién colocar en el número uno de cualquier rubro, ya se trate de películas, de novelas, de modelos o de masitas para el té. Es así: se arma un padrón con electores representativos, se vota, se hace el escrutinio y se decreta. Punto. Ya se puede preparar el show de TV donde se dará la nómina de ganadores, sonarán trompetas, sobrarán discursos y habrá un animador fatalmente chistoso. Después, el efecto -¿secundario?- se hará ver sobre los elegidos: crecerán las ventas del video, la novela será reeditada, la cotización de la modelo se irá a las nubes y todo el mundo sentirá la repentina necesidad de comer algo dulce.
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El American Film Institute hace más o menos lo mismo con el cine, pero es más metódico. Desde hace algún tiempo, todos los junios presenta en un programa de TV sus "cien mejores". Empezó con las cien películas, siguió con las cien estrellas, las cien risas, las cien emociones; ahora le tocó el turno al corazón. Actores, guionistas, productores, críticos, directores y técnicos votaron su preferido entre los films norteamericanos de la historia que tuvieran "en el centro de su narración o como motor de ella la relación romántica entre dos o más personajes". De lo que resultó que "Casablanca" ya puede añadir otro récord a su abultada lista y sumarse a las anteriores triunfadoras de la compulsa del AFI: "El ciudadano", entre los films, Katharine Hepburn y Humphrey Bogart entre las estrellas, "Una Eva y dos Adanes" entre las comedias y "Psicosis", entre las que nos aceleraron el pulso.
Cierto: no hubo sorpresas. "Casablanca" es tan invariablemente favorita que también fue votada en ocasiones anteriores: salió segunda entre las mejores de todos los tiempos, y 37ª en el sondeo de 2001, donde cabían westerns, films de acción, de horror, de ciencia ficción y de guerra, sin contar que sus protagonistas ocuparon el primero y el cuarto lugar entre las estrellas.
De la nueva nómina, discutible como todas, pueden extraerse datos tranquilizadores. Por ejemplo, que George Cukor y William Wyler fueron los directores con más films votados; que Cary Grant sigue imbatible entre los varones (también fue el más citado en el año de las comedias), y que el apellido Hepburn es toda una garantía en materia de asuntos amorosos: Katharine y Audrey fueron protagonistas de once de los cien títulos elegidos. (Menos visible fue el triunfo de la cantante Marnie Nixon, que les prestó la voz a actrices de escasas virtudes canoras en cinco de las películas distinguidas, "Mi bella dama" y "El rey y yo" entre ellas). Pero para sorpresa de muchos, sólo tres de los diez films más votados encuentran unidos en el final a la chica y el muchacho: una clara derrota del happy end.
Para no defraudar la curiosidad del lector -que suele echar un vistazo a las listas aunque sea para criticarlas- digamos que los nueve títulos que siguen a "Casablanca" fueron "Lo que el viento se llevó", "Amor sin barreras", "La princesa que quería vivir", "Algo para recordar", "Nuestros años felices", "Doctor Zhivago", "Qué bello es vivir", "Love story" y "Luces de la ciudad". Para reclamos, dirigirse al AFI.
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