Ciclo en el San Martín. Amos Gitai, en la Argentina
El director israelí llegó para presentar una retrospectiva de sus películas
Desde hoy y hasta el domingo 29 se realizará en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530) un ciclo integrado por nueve largometrajes inéditos de Amos Gitai. Esta retrospectiva, a la que se suma la visita del propio director israelí para presentarla, constituye un verdadero acontecimiento para los cinéfilos argentinos, ya que aquí la filmografía de este notable, prolífico y prestigioso realizador es prácticamente desconocida.
Responsable de casi 40 películas entre documentales y trabajos de ficción, este cineasta nacido en Haifa hace 53 años es uno de los más celebrados por los grandes festivales y cinematecas del mundo, que le suelen dedicar de forma permanente ciclos, seminarios y ediciones de voluminosos libros, como los de Serge Toubiana o Irma Klein. En octubre, por ejemplo, el Centro Pompidou de París concretará el "Mes Amos Gitai", que concentrará una retrospectiva integral, una exposición de fotos y la presentación de un ambicioso catálogo bilingüe (francés e inglés), mientras que pocos días después también se proyectarán en San Pablo todas sus películas. De todas maneras, el desafío más inminente del realizador israelí será presentar su más reciente largometraje, "La tierra prometida", en la sección oficial de Venecia. De hecho, en medio del diálogo con LA NACION, Gitai recibió una llamada desde París pidiéndole que apure su regreso a Europa, ya que necesitan que dé el visto bueno al subtitulado y a la copia final que viajará al célebre Lido veneciano a comienzos de septiembre. "Es un honor volver a competir en Venecia, y más ahora que al frente de la Biennale está un programador tan distinguido como Marco Müller", aseguró.
Amable y sonriente, Gitai asegura que este viaje a Buenos Aires y Montevideo era una asignatura pendiente que tenía desde hacía muchos años, especialmente por la importante comunidad judía. Sus films, implacables y provocadores, le generaron más de un conflicto político, y se autoexilió durante casi una década de gobierno derechista. Ahora, pasa parte del año en Israel y parte en París, mientras sus películas -que cuestionan las rígidas costumbres y excesos de los judíos ortodoxos, que recuperan hechos históricos, como las experiencias de los colonos pioneros y los conflictos bélicos que le tocaron muy de cerca (un helicóptero militar en el que él viajaba durante la guerra de Yom Kippur en 1973 fue derribado y él fue uno de los pocos que se salvó milagrosamente), o que apuestan a la creciente convivencia entre judíos y palestinos- siguen siendo objetos de debate en todos los centros intelectuales del mundo.
"Yo no puedo darme el lujo de ser nihilista o pesimista en una zona como Medio Oriente -explica-. Creo en la interacción entre árabes y judíos, en la mixtura, en el entendimiento y en el respeto, y eso mismo ocurre en mis equipos de filmación, donde conviven actores y técnicos de origen palestino e israelí. Mi cine apuesta a sacar a la luz los temas más conflictivos, como el fanatismo, la xenofobia, el machismo, el militarismo, la agitación y la apelación a la violencia porque busco provocar al espectador para que se examine y analice cómo son los comportamientos sociales. Si tuviera que definirlo en dos palabras, serían tolerancia y conciencia."
Famoso por rodar complejas películas en apenas 4 o 5 semanas con sofisticados planos-secuencia, dice que ésa es la forma de trabajo que más le interesa: "Por un lado, exijo tanto y me exijo tanto durante una filmación que sólo puedo hacerlo en un corto lapso de tiempo, donde trabajo sin descanso. Con respecto a la forma en la que construyo las escenas, en un mundo con imágenes tan fragmentadas, en una zona tan explosiva como Medio Oriente, pienso que la única forma de contrarrestar ese caos es con planos-secuencias que muestren un debate, una problemática, un diálogo o un conflicto en su integridad, sin la manipulación de los cortes abruptos del montaje, para que así el espectador, al que considero de gran inteligencia, las pueda analizar en su conjunto. Además, en mi forma de diseñar cada escena tiene mucho que ver mi formación como arquitecto. Podría decir que construyo mis películas con una mirada casi más arquitectónica que cinematográfica".
Programa completo
Hoy: "Alila" (2003). Transposición de una novela de Yehoshua Kenaz. A las 14.30, 17.30 y 21.15.
Mañana: "Kedma" (2002). Días antes de la creación del Estado de Israel, cientos de inmigrantes de Europa se topan con las tropas británicas. A las 14.30, 18 y 21.
Lunes: "Wadi, diez años después" (1981-1991). La convivencia entre sobrevivientes de la Shoah y palestinos desplazados. A las 14.30, 18 y 21.
Martes: "La arena del crimen" (1996). Con relato de Hanna Schygulla, este documental analiza las consecuencias del asesinato del primer ministro israelí Yitzhak Rabin. A las 14.30, 18 y 21.
Miércoles: "Wadi Grand Canyon" (2001). Wadi, completamente arrasado por empresarios inmobiliarios que construyen un gran centro comercial. A las 14.30, 18 y 21.
Jueves: "Devarim" (1995). Basada en una novela de Yaacov Shabtai, es el primero de la "Trilogía de las ciudades". A las 14.30, 18 y 21.
Viernes: "Yom Yom" (1998). Una comedia social que examina la vida cotidiana y las relaciones. A las 14.30, 18 y 21.
Sábado 28: "Kadosh" (1999). Tal vez el mejor film de Gitai. Una tragedia de fuerte sentido humanista. A las 14.30, 18 y 21.
Domingo 29: "Kippur" (2000). A las 14.30, 18 y 21.