Ángel Faretta. "Me autocritico todo el tiempo"
El crítico y teórico del cine más influyente de su generación acaba de editar dos libros y programar un ciclo en el Malba
Ser programador de ciclos de cine es uno de los sueños de mi vida. Como la continuidad de la teoría por otros medios", dice Ángel Faretta, fuera de toda duda -como lo define el catálogo de la última retrospectiva del Malba que lo tiene como curador-, el crítico y teórico del cine más influyente de su generación.
Es la segunda vez que el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires convoca a Faretta para programar una de sus celebradas retrospectivas. Titulada Aquello que amamos, se desarrolló a lo largo de todo agosto y coincidió en el tiempo con la edición de un libro colectivo (Cinco films argentinos) , que incluye un prólogo y un capítulo entero escritos por Faretta, en este último caso dedicado al análisis de Más allá del olvido , a la obra de su director (Hugo del Carril) y a "la condición melodramática".
Este trabajo (compartido en el volumen editado por Djaem con sendos ensayos sobre Mujeres que trabajan, Historia de una noche, Safo y Rosaura a las diez ) continúa la publicación de la obra teórica de Faretta, precedida por El concepto del cine, Espíritu de simetría y La pasión manda . En cuanto a Más allá del olvido , cerró el ciclo en el auditorio del Malba.
-¿Por qué decís que Más allá del olvido es la mejor película argentina jamás hecha?
-Porque lo tiene todo. Es un film que se expresa históricamente sin cortapisas sobre un hecho particular de nuestra historia y lo hace sin abandonar el troquel expresivo que elige, el del melodrama fantástico. Sabe gritar a tiempo y sabe callar más a tiempo todavía.
-¿Por qué el melodrama aparece a tu juicio por encima del resto de los géneros cinematográficos en la Argentina?
-El melodrama es el género por excelencia de todo el cine, tal cual lo explicitamos teóricamente en el libro La pasión manda . En la Argentina, este modo tuvo su expresión particular, una reconfiguración muy suya.
Más allá del olvido fue filmada en los años 50, que prevalece en la programación del ciclo del Malba. ¿Qué tendría esta década de especial?
-La década del 50 fue posiblemente la culminación de un estilo. El cine estaba a las puertas de su autoconciencia y en esa entrada a semejante palacio se tenía algo de temor en dar pasos hacia esa dirección.
-¿Y qué creés que encontrará la gente que fue y va al encuentro de los ciclos que te toca programar?
-Busco gente que vaya al cine. Más allá del peligro y la inseguridad de estos tiempos, que tenga ganas de ir al cine. Es lo que viene haciendo Fernando Martín Peña desde hace mucho tiempo en el Malba. Obviamente, en estos ciclos que programo y en mis libros está mi propia visión del cine. Allí yo explicó lo que creo que es el cine.
-Dejaste hace bastante tiempo de hacer crítica de los estrenos.
-Si un medio me contratara para hacer crítica como siempre hice, seguramente volvería a escribir sobre los estrenos. Pero admito que sería más difícil que antes, porque el cine es otra cosa. Ha desaparecido cierto cine.
-¿Seguís las novedades, los estrenos de la cartelera?
-Prácticamente no. Es muy incómodo ir hoy al cine. Los cines son incómodos. Los edificios en los que funcionan los cines son incómodos. Se come demasiado pochoclo, se hace demasiado ruido, los adolescentes nos ponen sus zapatillas arriba de la nuca.
-Y eso que se decía que los cines de antes eran incómodos. Ahora hay butacas reclinables, mejor sonido, tecnología de última generación.
-Los mejores momentos de mi vida los pasé en el Metro, en el Select Lavalle y otras salas como ésas. Creo que la incomodidad de los cines de hoy es simétrica a los títulos que pueden verse en esos lugares. Por eso me interesa programar clásicos indiscutidos y también contemporáneos, películas más recientes de mucho valor. Como El francotirador . Michael Cimino nunca hizo otra película tan buena. Y la veo con culpa, porque en su momento la destruí, y ahora me parece lo contrario. Pensé que hablaba de Vietnam y, en realidad, su tema es el de un romance homosexual.
-Tenía la impresión contraria. De que había films que elogiabas en el pasado y ahora cuestionás.
-Los que me tildan de soberbio deben saber que yo me autocritico todo el tiempo. En Espíritu de simetría hasta pido perdón por haber elogiado a ciertos directores. Al final de ese libro está la lista de mis errores de apreciación crítica. Revisar todo el tiempo lo que uno hace es una premisa científica. Lo que pasa es que en mi caso todo parte de una teoría general del cine y del arte. En un país en el que nadie pide disculpas, yo lo hago.
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