Canciones de amor: un film con la ligereza del pop
Desde Francia, una historia de romance, pérdida y ausencia tratada como una comedia musical
"Este film es un musical porque los personajes solamente pueden expresar sus sentimientos cantando." Quien lo dice es Christophe Honoré, y se refiere a Canciones de amor, la aplaudida producción francesa que tras una larga espera (se lo vio en la clausura del Bafici 2008 y en la Semana del Cine Francés de 2010), estrenará pasado mañana. Y si se habla de espera es porque, como apuntó sutilmente la revista Sight & Sound, "uno desarrolla pequeños y raros enamoramientos con los films de Honoré".
Este es el cuarto -el primero que se estrena comercialmente-, después de un retrato femenino (17 fois Cécile Cassard), la ardua adaptación de la polémica novela de Georges Bataille, Ma mère) y Dans Paris, una suerte de homenaje a la nouvelle vague. Es también su primer musical, una historia de amor, pérdida y ausencia tratada con la ligereza de las canciones pop; "un film que renueva el musical con gracia y ánimo travieso, y que propone diversas maneras de vivir juntos, de a dos, de a tres, en familia, en sociedad, entre homos y héteros", como se dijo en Télérama.
Ludivine Sagnier, Chiara Mastroianni, Louis Garrel, Clotilde Hesme y Grégoire Leprince-Rinquet interpretan a los personajes centrales de este relato, que, a diferencia de la célebre obra de Jacques Demy y Michel Legrand, partió de un material musical ya existente.
A ésos y otros aspectos del film se refiere el propio director en estas líneas extraídas de una entrevista que fue facilitada por la distribuidora local:
- "Alex Beaupain -nos conocemos desde que teníamos 20 años- ha compuesto la música de todos mis films, y yo mismo he escrito algunas letras para él. Tras la cálida recepción de Dans Paris, le pregunté si podría usar sus canciones -algunas recientes, otras mucho más viejas- y las puse junto a un guión que contaba una historia bastante dolorosa. Luego, adapté algunas de sus letras y le pedí que escribiera un par de canciones nuevas."
- "Es la primera vez que coloco las emociones como centro de la historia, nunca lo había podido hacer antes. Esto me llevó a la idea de un film en el que los personajes comienzan a cantar apenas están en un estado de enamoramiento, porque son incapaces de expresarlo de otro modo. Siempre amé las canciones, el modo en que te permiten expresar una emoción fuerte de una manera efímera, con una necesidad permanente de liviandad. Me puedo emocionar con una canción popular francesa que puede no tener nada musicalmente interesante, sólo porque me conmueve un estribillo, una voz o una emoción que encuentro expresada de una forma particular."
- "Canciones de amor cuenta una historia tan personal que me la sabía de memoria. El tema central de la historia nunca fue cuestionado, sólo la idea de cómo lidiar con ello sin quedar petrificado, cómo contarlo y hacerlo funcionar dentro de una estructura de musical que se reflejara en todo el film. Los escenarios, como la casa de los padres, vuelven como un estribillo, con un tono diferente, según lo que pasó en la estrofa previa. Y, como en una canción algunos instrumentos vuelven a sonar o desaparecen mientras otros se agregan, los personajes secundarios le dan un ímpetu fresco a la historia, mientras otros son expulsados de ella."
- "Filmar personajes que cantan es muy complicado en términos físicos. Hay que asegurarse de que el cambio entre diálogo y canción, y luego la vuelta al diálogo se vea completamente natural… pero, a la vez, está ocurriendo algo que ?«no es natural». La dirección tiene que alejarse un paso del realismo, pero sin convertirse en un videoclip. El miedo de convertir mi película en trece videos musicales me hacía temblar."
- "Durante la edición, me di cuenta de que había tres partes en el film: «La partida», «La ausencia», «El regreso». Es la estructura clásica de cualquier comedia o drama. (También, una referencia directa a Los paraguas de Cherburgo.) La primera presenta a los personajes (un triángulo amigable que conforman Garrel, Sagnier y Hesme) e introduce la tragedia, inesperada. La segunda, las reacciones ante la tragedia, donde cobra peso el papel de Chiara Mastroianni. En la última, el regreso de la emoción del amor viene de un tercero ajeno a la tragedia (Leprince-Rinquet) y a través de la aparición de un espíritu."
- "Siento una necesidad fuerte de lidiar con el mundo moderno. Creo que esta necesidad está también unida a las condiciones de trabajo. El productor, Paulo Branco, puede tomar decisiones muy rápidas, como decidir en octubre que vamos a filmar una película en enero. Como resultado, no hay tiempo de construir otro mundo en la mente, sólo se puede manejar lo que se está viviendo personalmente en el presente. En los musicales, uno tiene en general la impresión de estar en una burbuja kitsch, con canciones y referencias que crean una distancia con la realidad. Si el mundo exterior está presente, está como invitado. En Canciones de amor trato al mundo exterior más como un socio que como un invitado. Creo que el hecho de filmar la ciudad en la que vivo tiene su importancia. En Dans Paris era un París museo. Aquí opté por quedarme en el 10° arrondissement, donde vivo. Es uno de los pocos barrios donde la gente trabaja al aire libre, con hombres descargando camiones de reparto. No hubo necesidad de bloquear calles. Yo quería que la vida corriente se deslizara en la película y, a la vez, respetar la geografía de cada escenario. Me obligué a ser estricto con esto para prevenirme de caer en la fantasía."
- "Pertenezco a una generación para la cual la idea de «morir de amor» estaba necesariamente ligada al sida y quería reubicar ese peligro en la esfera de las emociones, sin el costado sexual. El sida sigue estando, pero el peligro también reside en no sentirse amado o no saber cómo amar. La idea es encontrar el propio ritmo. Como pide el protagonista: «Amame menos, pero ámame por más tiempo…»"
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