Cine. Celebrar treinta años sin censura
En los comienzos del gobierno de Raúl Alfonsín, una de las primeras acciones de la gestión de Manuel Antín en el entonces llamado Instituto Nacional de Cinematografía (INC) fue impulsar la eliminación del Ente de Calificación Cinematográfica, basado en la ley 18.019 de 1968 (dictadura de Onganía). Esa ley permitía al Ente censurar, prohibir, cortar películas. Así -salvo un breve paréntesis de fines de 1973, con la gestión de Octavio Getino como interventor del Ente- entre 1968 y 1983 hubo censura cinematográfica.
A principios de 1984 se crea la CAEC, Comisión Asesora de Exhibiciones Cinematográficas, sin capacidad para censurar y tampoco para "efectuar, ni exigir ningún tipo de cortes o modificación a los materiales". Se cambiaron las calificaciones anteriores, que eran "Sin restricciones", "Prohibida para menores de 14 años" y "Prohibida para menores de 18 años" (además de la prohibición lisa y llana). Y se crearon nuevas calificaciones, hechas con otro espíritu, con el énfasis en quienes podían verla y no en quienes no podían: "Apta para todo público", "Apta para mayores de 13 años", "Apta para mayores de 18 años". Meses después se agregaría "Apta para mayores de 16 años".
Un cambio radical en la concepción de la cultura, uno de los factores más importantes para la efervescencia cultural de 1984-1986. En esos años se estrenaron La naranja mecánica (1971) y Novecento (1976), entre muchos otros "clásicos de la censura". Contó Manuel Antín, en una reciente charla por los 30 años de democracia, que cuando le dijeron a Alfonsín que había que promocionar lo hecho por su gobierno en materia de libertad cinematográfica porque era muy importante, el presidente contestó que él no era Goebbels para andar haciendo propaganda.
lanacionar