Con el sello, pesimista, de Larry David
Hoy, a las 21.05, en HBO HD hay un estreno para América latina que merecería verse en cine: Clear History , una comedia protagonizada y coescrita por Larry David, nada menos. Y en la que también actúan Jon Hamm, Philip Baker Hall, Kate Hudson, Michael Keaton, Danny McBride y Eva Mendes.
Pero en lugar de lamentarse por no verla en una sala se pueden aprovechar las ventajas de verla en televisión y prepararse alguna botella de lo que les guste beber y brindar por esta comedia fuertemente neurótica y desencantada con la marca indeleble de Larry David, del que ya se sabe (al menos por la foto) que se parece a Carlos Bianchi y al profesor Locovich y que fue el cocreador y guionista de Seinfeld , la serie que marcó como pocas otras series (y como pocas otras cosas) al espectáculo de los noventa (y también, sin exagerar, las conversaciones y las vidas de mucha gente).
Antes de Seinfeld , y de volverse millonario con Seinfeld , Larry David había fracasado como guionista de S aturday Night Live , programa que fue el trampolín para la mayoría de los grandes comediantes estadounidenses de las últimas décadas, pero no para él. Luego, en Seinfeld , uno de los capítulos sería sobre ese tema y se llamaría "La venganza".
A pesar del megaéxito y de los elogios recibidos por Seinfeld , un tema siempre presente del humor de Larry David (o tal vez el tema) sigue siendo el fracaso. A medida que se volvía más rico con su trabajo, David dijo en varias oportunidades haber desarrollado alergia al caviar, lo que él definió como "la perfecta metáfora de su vida".
En el año final de Seinfeld (1998), Larry escribió y dirigió una película llamada Sour Grapes , que fue prolijamente destrozada por el mítico crítico Roger Ebert. Una de las frases de su crítica: "No puedo recordar fácilmente una película que haya disfrutado menos". Luego, en un capítulo de Curb Your Enthusiasm , Larry David incluiría a un crítico gastronómico que usaba el método de los pulgares arriba y abajo (como Ebert) al que por accidente el propio Larry le quebraba los pulgares.
Curb Your Enthusiasm (podría traducirse por "modera tu entusiasmo" o "no te entusiasmes") es la serie protagonizada y creada por Larry David, que tuvo hasta ahora ocho temporadas, presentadas de 2000 a 2002 y de 2004 a 2011. Y es una serie sobre un personaje llamado Larry David que es insoportable, desagradable, terco, chinchudo, amargo, ácido, corrosivo, pesado, brillante pero de forma catastrófica (su sentido de "lo justo" puede hacerlo obsesionar con la cosa más ridícula y generar un daño absolutamente desproporcionado). ¿Vieron cuando Woody Allen interpretaba a neuróticos insoportables? Bueno, multipliquen eso por mucho y súmenle mucho más pesimismo y más cara de piedra y más situaciones incómodas y podrán darse una idea de lo que es Larry David en Curb Your Enthusiasm .
Y si jamás vieron una serie en televisión, o a Larry David en televisión, quizá lo hayan visto en cine, porque fue el protagonista de Que la cosa funcione, de Woody Allen. Ese fue el título que le pusieron -para estrenarla muy tardíamente en Argentina- a Whatever Works (o sea algo así como "Si la cosa funciona", como se la conoció en España). Whatever Works era la vuelta a Nueva York de Allen en 2009 (desde 2004, año de Melinda y Melinda , que el cine de Allen venía dando vueltas por Europa), y es de lo mejor del Allen modelo siglo XXI. Larry David ocupa el rol de álter ego del director que Allen ha otorgado a diversos actores cuando él no protagoniza sus películas (aunque hay excepciones: en Blue Jasmine no hay álter ego). Y Larry David, como lo conseguiría luego Owen Wilson en Medianoche en París , lograba en Whatever Works no ser consumido por la sombra de Allen. El motivo: David ya tiene su propia personalidad artística cargada de misantropía. Y "cargada" es todo un eufemismo: inundada de misantropía.
Y volvamos a Clear History : Larry David es Nathan Flomm, ejecutivo de marketing y socio (al 10%) de una empresa de vehículos a batería que está por lanzar un nuevo modelo: el Howard. Luego de una discusión ridícula con el dueño mayoritario (Jon Hamm, de Mad Men ) Nathan se retira de la sociedad. El Howard será un éxito tan grande que Nathan Flomm se hará conocido como el hombre que renunció a ser megamillonario en el momento menos conveniente y por una pavada. Lo que viene después es que vean la película, que para eso está. Pero es un gran punto de partida, un punto de partida muy Larry David. Ese universo de catástrofes personales (y situaciones banales que se convierten en catástrofes por la insistencia obsesiva, la inoperancia, la ridiculez justiciera de nuestro protagonista) se combina con un mundo presentado bajo la dirección de Greg Mottola, uno de los mejores directores de comedia del cine estadounidense actual ( Deseos y sospechas , Superbad , Adventureland , Paul ). Mottola propone mundos neuróticos pero mullidos, agradables, en los que la felicidad está al acecho, es posible, a pesar de que los personajes se equivoquen mucho (por taras diversas) y tarden en alcanzarla o verla como posible. Un mundo Mottola invadido por el universo lleno de nubarrones de Larry David es un espectáculo digno de verse. Debería estar claro quién será el triunfador si sabemos que un signo menos al lado de un signo más da como resultado un signo negativo. De todos modos, el camino del pesimismo está lleno de carcajadas.
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