Denzel Washington habla de su nueva película, que se verá desde el jueves. El actor de paso firme
La ola de secuestros en México es el eje de "Hombre en llamas"
LOS ANGELES (The New York Times News Service).- Para Denzel Washington, la gran noticia de este momento no es el estreno de una nueva película suya -aunque sí hay uno, como se verá- ni la perspectiva de ganar otro sueldo de 20 millones de dólares.
El actor prefiere hablar de su hijo John David, de 19 años, que piensa tomar algunas clases de actuación. "Hablamos mucho acerca de eso, porque su maestro de actuación me dijo que tiene mucha capacidad", sonríe el actor, de 49 años, mientras desayuna en el hotel Four Seasons.
Washington se toma como ejemplo de su propia afirmación. Estudiaba periodismo en la Universidad Fordham, de Nueva York, cuando decidió inscribirse en clases de actuación tal vez buscando una calificación buena y fácil. Tras participar en una obra estudiantil, se entusiasmó tanto que fue a San Francisco para estudiar en el American Conservatory Theater y, desde allí, se lanzó a su carrera profesional.
El film más reciente de Washington -que ganó un Oscar como mejor actor secundario en "Tiempos de gloria" (1989) y otro como mejor actor protagónico en "Día de entrenamiento" (2001)- se titula "Hombre en llamas" y, presentada por Fox, se estrenará en la Argentina, el próximo jueves.
Allí, Washington encarna a Creasy, un infante de marina agotado y amargado que se va a vivir a México DF, donde es contratado como guardaespaldas de una familia rica. Cuando secuestran a la hija del matrimonio, de 10 años, encarnada por Dakota Fanning, Creasy jura rescatarla y matar a cualquiera que se interponga en su camino.
El actor dice que se sintió atraído por el proyecto desde que leyó la novela de A. J. Quinnell, que ya había sido llevada a la pantalla en 1987, con Scott Glenn en el papel de Creasy. También vio con agrado la posibilidad de alejarse de la silla de director luego de su debut en ese rubro con "El triunfo del espíritu" (2002).
"Dirigir -añade- me hizo estar más consciente como actor, pero me sobrepuse a eso al trabajar con Tony Scott, que ya me había dirigido en «Marea roja». Para «Hombre en llamas», Tony puso encima de mí unas 90 cámaras cuando estábamos filmando en México. Me sacó la expectativa de sentirme como director en ese tipo de escenas. Fue una locura."
Washington espera volver a dirigir, pero no tiene planes de hacerlo a tiempo completo. Está cerca de cumplir 50 años, pero cree que todavía tiene mucho que ofrecer como actor. "¿Hay algún límite de edad para ser el protagonista de una película? Por fortuna, en realidad, nunca fui considerado un tipo de acción, ni siquiera cuando tenía veinte años menos. De todos modos, esto es sólo un trabajo, no mi vida. No es lo que me hace ser quien soy ni me define como persona. Cuando ya no pueda saltar sobre los edificios, haré otra cosa."
El actor se considera afortunado por trabajar en una actividad que no se agota en poco tiempo. "Mira a Gene Hackman, a Sean Connery, a Clint Eastwood. Creo que es bueno envejecer en este negocio. Pero admito que es mucho más difícil para las mujeres que para los hombres. Hollywood les da la espalda a las grandes actrices, porque recibe una cosecha nueva cada seis meses, lo que me parece injusto", precisa.
A pesar de ser un astro indiscutido de Hollywood, Washington sigue considerándose un estudiante aplicado de actuación que tiene a sus críticos más duros bajo el mismo techo. "Mi hijo mayor y mi esposa son devotos del cine. Ven de todo, así que me dicen exactamente cómo estoy." Y volviendo a su hijo afirma: "Me reconforta que un día vea «Bad Boys», al día siguiente «El padrino» y después «Ciudad de Dios». Tiene 19 años y no deja que el marketing de Hollywood le diga lo que es bueno para ver".