El cine arte no sólo resiste: también contraataca
El circuito cinéfilo está de parabienes: hoy comienzan la 60a. temporada del Cine Club Núcleo y la 43a. de la Cinemateca, mientras reabren Hebraica y el Arteplex
El Cine Club Núcleo inicia hoy su temporada número sesenta, lo que significa que pese a todas las nuevas opciones que existen, el ritual que implica asistir a una sala de proyección para ser testigos y emocionarse con las historias que se narran en la pantalla ha sobrevivido. Su sede está en el cine Gaumont, Espacio Incaa, Km 0.
Fundado en 1952 por el recordado Salvador Sammaritano junto con un grupo de vecinos del barrio de Colegiales, es dirigido en la actualidad por su hijo Alejandro, quien tomó la posta dejada por su padre. El Núcleo fue declarado sitio de interés cultural por la Legislatura porteña en 2001 y obtuvo dos premios Konex, entre otros reconocimientos. En una charla con LA NACION, el actual director de Núcleo repasó los orígenes del cineclub y lo que ha significado mantenerlo vivo.
-¿Cuál fue el objetivo inicial?
-Proteger al público llevándole películas que de otra forma no verían. Ellos las conseguían a través de embajadas y de coleccionistas. Con un proyector de 16mm y unas sábanas iban a lugares donde podían poner unas sillas y pasar películas.
-¿El objetivo sigue siendo el mismo?
-Hoy buscamos proteger las películas y el rito que implica ir al cine. Creemos que hay mucho material que merece ser visto en una sala de cine y no en una pantallita.
Sentarse en una butaca y que no pare la película porque suene el teléfono, llegue el delivery. La película es función y eso es lo que no debe perderse.
–¿Cómo planifica las temporadas?
–Ahora es mucho más fácil que cuando lo hacía mi padre. Él tenía que consultar revistas de cine, investigar acerca del director, tenía la dificultad del transporte de las copias. Hoy con Internet veo la crítica internacional de una película de estreno, sigo su recorrido en los festivales e investigo a nuevos directores.
–¿Quiénes conforman la platea de Núcleo?
–Fue y es integrada por un amplio abanico de espectadores, entre los que también se cuentan artistas como el Mono Villegas, Quino, Norman Erlich, el escritor Antonio Di Benedetto, el matemático Manuel Sadosky, Diana Ingro y Dulio Marzo, entre otros. También importantes actores y directores pasaron a presentar sus películas y ser parte del público, como Héctor Olivera, Fernando Ayala, Leopoldo Torre Nilson, Carlos Sorín, Ana Katz, Leonardo Di Césare, Luis Puenzo, Sergio Renán, Juan José Campanella, Jeanine Meerapfel. José Martínez Suárez también fue parte de la comisión directiva. Leonardo Favio siempre reconoció la influencia de las películas vistas en Núcleo para su posterior obra.
–¿Qué significa asociarse al cineclub?
–Consta de una membresía mensual, con 600 cupos, máxima capacidad de la sala. Con esto puede asistir a todas las funciones. Las de preestrenos son los martes, a las 18.15 y 20.30; los ciclos de revisión se hacen en el cine Cosmos-UBA los lunes, a las 19, y los segundos y cuartos domingos de cada mes, a las 11, hacemos funciones con preestrenos o films de reciente estreno ya retirados de cartelera.
–¿Se han mantenido fieles los socios?
-Son un grupo muy diverso: los fieles que vienen desde siempre y los jóvenes, pero éstos son más itinerantes debido a que estudian, tienen hijos pequeños. Son muchas películas para ver y requiere dedicación.
–¿Cómo se financia Núcleo?
–Nos mantenemos gracias a la cuota mensual de 80 pesos que pagan los miembros y el apoyo del Incaa. Gracias a ellos tenemos como sede el Gaumont. La UBA también nos apoya prestando el cine Cosmos para nuestro ciclo de revisión.
–¿Qué acontecimientos destacaría en estos 60 años de vida?
–Se vivieron momentos especiales, sobre todo cuando venía un director a presentar su película. Vittorio Gassman y Liv Ullmann vinieron en época de mi padre. Más recientemente, cuando pasamos El secreto de sus ojos, vino Campanella, que fue socio de Núcleo y se sentó discretamente atrás, pero al final la gente lo reconoció y le dio una ovación impresionante. Una señora se le acercó y le dijo: "Campanella, con esta película usted se va a ganar el Oscar". Él se rió y le contestó: "Señora, no es para tanto", y miren: se lo ganó. Otra función muy emotiva el año pasado fue la de Infancia clandestina, presentada por sus productores Luis Puenzo y Maxi Dubois.
–¿Cómo impactó la censura durante la dictadura?
–Aunque resulte paradójico, el esplendor de Núcleo fue justamente cuando la dictadura. El censor Paulino Tato consideraba que el público de Núcleo podía permitirse ver películas que de ninguna forma él iba a permitir pasar en el circuito comercial. Así que quizás con algún pequeño corte se pasaron películas que no hubiesen llegado de otra forma. Había una clave entre los socios del cine club. Cuando nuestro contestador decía: "Se va a dar un importante preestreno", se sabía que ese día se pasaría una película prohibida. Obviamente se corrió la voz y las funciones de Núcleo siempre estaban a reventar. La libertad que se ve hoy día es una virtud que quizás los jóvenes de hoy no valoran. No conocieron lo que significaba no poder pasar una película. Yo hoy en día programo a mi criterio y se puede pasar de todo.
–¿Cómo explicaría el éxito de Núcleo?
–El éxito de Núcleo ha sido mantenerse. Hemos pasado por muchas circunstancias, pero hemos seguido a pesar de que hubo momentos como la crisis de 2001, cuando tocamos fondo.
–¿Cómo ve el futuro de los cineclubes?
–Los cineclubes van a tener futuro en tanto y en cuanto se proteja la actividad cinematográfica y la gente conserve el hábito de ir al cine. Si la gente pierde el hábito y comienza a ver todas las películas en un DVD trucho, no hay industria que aguante. Ni la de distribución ni la de exhibición.
–¿Cuál ha sido el legado de Núcleo?
–Tuvimos una lucha constante en la época de la censura por la libertad de exhibición de películas. También quedan las revistas Tiempo de Cine y Cine Ensayo, editadas por el cineclub, que fueron emblemáticas. Creo que el hecho de difundir el cine, rescatar directores, que se vincule a Bergman, a Woody Allen, a Carlos Saura con Núcleo es un orgullo. Haber difundido el cine italiano, el neorrealismo italiano, la nouvelle vague en nuestro país es una importante labor en pro del arte. Aunque lo más importante es el reconocimiento y el afecto. Me emociona que por donde voy el nombre de mi padre es pronunciado con cariño y admiración.
Para los amantes del cine de autor
Otros cineclubes en funcionamiento en la ciudad
- Cine Club Dynamo
Privilegian el cine de autor y la proyección en formato 16mm. Entrada libre, se pide colaboración. En la librería La Libre y la tienda Cine Sí (San Telmo) y la casa El Declive (Villa Pueyrredón) - Cine Club La Rosa
Mañana comienza su 7ª temporada. Entrada libre y gratuita. En la Biblioteca Carlos Sánchez Viamonte (Austria 2154). Programación: www.cineclublarosa.blogspot.com - Cine Club YMCA
Dedicado al cine clásico y retrospectivo. Entrada libre.En la Asociación Cristiana de Jóvenes, Reconquista y Corrientes. Programación: www.cineclubymca.blogspot.com - Cine Club Aztlan
Dedicado a proyectar cine y documentales de orientación jungiana. Es con membresía, pero se puede asistir pagando la entrada. En el Apart Hotel Congreso. Programación: www.aztlan.org.ar - Buenos Aires Mon Amour
En San Telmo. No tiene membresía, la entrada es por colaboración. Programación: www.cineclubmonamour.com - British Arts Centre
Películas y series inglesas subtituladas en castellano. Funciones: los martes, a las 17.20. En el Cine BAC, Suipacha 1313.Programación: www.britishartscentre.org.ar
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