Ewan McGregor: "Siento nostalgia por los 90"
El actor y el resto del elenco de Trainspotting 2 dialogaron con LA NACION acerca de lo que significó reencontrarse con sus personajes, 20 años después
Mientras el britpop aplastaba los últimos coletazos del movimiento grunge, Danny Boyle supo interpretar las palabras de Irvine Welsh, darle voz y ponerle un rostro a los que elegían salirse del sistema para fundar su propia escala de (no) valores. Mark Renton ( Ewan McGregor ) riéndose frente al auto que estuvo a punto de atropellarlo en medio de una huída era, posiblemente, la imagen más nítida de esa construcción burlona, individualista, anárquica y sin límites que brotaba desde “lo bajo”, a mediados de los 90.
Sin pretenderlo, Trainspotting se convirtió también en un cachetazo estético para la solemnidad y el acartonamiento reinante en Hollywood, en una película de culto y en una suerte de retrato de una generación que veía cómo se desmoronaba el sistema de creencias y valores con los que habían crecido. El mundo estaba a punto de cambiar, de la mano de la revolución tecnológica que apenas asomaba como una promesa o como una pesadilla (según el cristal con el que se lo mirara).
Trainspotting fue una película fundacional en varios sentidos. Marcó el nacimiento del "nuevo cine británico" y no pasó mucho tiempo para que Boyle comenzara su coqueteo con Hollywood. Algo parecido sucedió con McGregor, que se tomó algún tiempo para crecer dentro del circuito más "artístico" -Escrito en el cuerpo, de Peter Greenway, o Velvet Goldmine, de Todd Hayes, como ejemplos- antes de saltar al mainstream interpretando a Obi-Wan Kenobi en los episodios I, II y III de Star Wars.
Los otros tres protagonistas, Jonny Lee Miller ("Sick Boy"), Ewen Bremner ("Spud") y Robert Carlyle ("Begbie") también vieron muchas puertas y ventanas abrirse a partir de la popularidad obtenida en la fábula de amistad junkie devenida en traición. Y supieron aprovechar esas oportunidades. Entonces, ¿por qué arriesgarse a volver a ese punto de partida, 20 años después? Ellos mismos le explicaron en exclusiva a LA NACION los motivos para reunirse bajo las órdenes de Boyle y darle continuidad a sus criaturas en T2 Trainspotting , la película que llega hoy a los cines argentinos.
Ewan McGregor y Jonny Lee Miller: la pandilla está de regreso
Hay algo entrañable en la manera en que McGregor y Miller interactúan cuando la cámara se enciende y cuando se apaga. Se sabe que hacer entrevistas no suele ser la parte del trabajo que los actores más disfrutan, pero ellos parecen darse ánimos mutuamente haciendo chistes en los ratos libres que quedan entre nota y nota. Ha sido un día largo para ellos. Y ahí, en esa habitación de hotel londinense, reviven la sorpresa que alguna vez les deparó Trainspotting, una película que parecía pequeñísima pero terminó llevándolos a inesperados rumbos.
-¿Cómo se sintieron cuando tuvieron a toda la “pandilla” reunida en el set de T2 Trainspotting ?
Ewan McGregor: -Se sintió extraordinario, todavía como que no lo termino de creer. Fue divertido entrar en el set y ver a Ewen Bremner haciendo una escena en el pub, verlo a Danny Boyle detrás del monitor. Fue muy loco. En realidad, Jonny, Robert y Ewen empezaron primero a filmar; yo no pude llegar para el comienzo, pero para la mitad del rodaje estábamos todos ahí. Luego llegaron Kelly Macdonald y Shirley Henderson y fue maravilloso ver a todos de nuevo. Parte del equipo era el mismo de la película original, algunos iluminadores y técnicos, ellos nos traían fotos de la famosa escena del tren… Fue una experiencia extraordinaria, única.
-¿Fue lo mismo para vos, Jonny?
Jonny Lee Miller: -Claro, fue grandioso ver a estos viejos amigos de nuevo y también formar parte de este proyecto extraordinario. Fue muy especial.
-¿Tuvieron la oportunidad de tener un encuentro informal antes de comenzar a filmar?
EM: -Lamentablemente Jonny no pudo estar presente, pero hubo un encuentro en Londres para leer el guión. Una vez que ya todos habíamos recibido el libreto y lo habíamos estudiado, hubo un encuentro para que Danny (Boyle) pudiera escucharnos. Fue un encuentro secreto en el Soho londinense, que no es un muy buen lugar para encuentros secretos.
JLM: -Por eso no pude estar.
EM: -Claro, porque era un secreto.
JLM: -Bueno, en realidad sí estuve…
EM: -Claro, en la habitación de al lado, escuchando todo con auriculares. (Risas). Bueno, leímos el guión, John Hodge leyó las partes de Jonny -no lo hizo tan bien como vos, pero no se lo digas- y volvimos a escuchar a Begbie, a Spud y a mí tratando de ser Renton. Fue extraordinario, y luego quedamos en contacto con Jonny a través de Twitter o algo…
JLM: -Sí, evitamos intercambiar nuestros números de teléfono, así que nos empezamos a seguir en Twitter (risas).
EM: -Y bueno, todo se fue armando. Fue extraordinario.
-Trainspotting es todo un ícono generacional. ¿Sintieron que estaban haciendo algo peligroso al embarcarse en este proyecto?
EM: -Sí, estábamos muy atentos por el amor que sentimos por la primera película. Creo que todos sentimos miedo, inclusive Danny. Por eso él nos presentó un guión que, cuando empezamos a leerlo, nos hizo dar cuenta que se trataba de temores infundados. Fue bueno reencontrarse con estos personajes para saber dónde y cómo están, qué estuvieron haciendo con sus vidas todo este tiempo. Y también la película tiene algo para decir, así como la primera tuvo algo para decir en los 90. Hay un motivo para explorar en profundidad, así como solemos mirar atrás hacia nuestra juventud o nuestras vidas.
-El pasado tiene una presencia muy fuerte en esta película. ¿Sienten ustedes nostalgia por los 90?
EM: -Sí.
JLM: -Mucha, sí.
EM: -Fueron nuestros sesentas, ¿sabés lo que quiero decir?
-Y sus personajes cambiaron mucho pero, en cierto sentido, siguen siendo los mismos. ¿Qué sucedió con ustedes en todo este tiempo, en lo personal?
EM: -Creo que esa es la clave, que nosotros buscamos reencontrarnos con nuestra juventud del mismo modo en que lo hará el público a través de estos personajes que conocemos tan bien. Creo que por eso Trainspotting es una película tan única, porque estos personajes están tan marcados a fuego en la conciencia de la gente que todos creen conocerlos. Y al verlos a ellos lidiando con el paso del tiempo y alejándose de su juventud, nos hace reflexionar sobre nuestra propia experiencia. Eso es muy movilizador.
JLM: -Claro, se supone que esta película te hará pensar lo que la primera significó para vos, te hace mirar atrás del mismo modo en que los personajes miran sus vidas en perspectiva. Es una experiencia extraña en ese sentido.
-Ewan, ¿cómo fue tu primer encuentro con Danny Boyle, luego de tantos años sin estar en contacto?
EM: -En realidad, se dio gradualmente. Nos vimos por primera vez en un restaurante en Soho, luego de no estar en contacto por un largo tiempo… Eso fue hace unos cuantos años. Me dio mucha alegría verlo, nos dimos un abrazo. En el pasado nos llevamos muy, muy bien. Se suponía que yo estaba enojado por lo que pasó en La Playa [Boyle le había ofrecido el rol principal, pero finalmente se decidió por Leonardo DiCaprio], pero la verdad es que amaba compartir el set con él y todo eso quedó en el pasado. Lo cierto es que en 2009, él encabezaba el jurado del festival de cine de Shanghai, yo estaba ahí presentando una película y nos seguimos viendo. Un tiempo antes de viajar a Edimburgo con Irvine Walsh, John Hodge y el productor Christian Colson, estuvieron allí una semana hablando intensamente de cómo sería T2 y cómo funcionaría todo, buscando las locaciones. Y me lo encontré de casualidad el día antes de que viajara hacia allá, y ahí supe que T2 estaba tomando forma.
-¿Creés que reencontrarte con Danny y darte cuenta que el feeling estaba intacto hizo posible la realización de esta película?
EM: -Sí. De todos modos, me consta que los motivos por los que esta película no se hizo antes no tienen nada que ver conmigo o con Danny, sino porque sintieron que no estaba todo dado para hacerla, no tenían el guión que estaban buscando. Danny intentó filmar poco después de que se publicó Porno, pero no le convenció la adaptación lo suficiente como para enviarnos el guión. Tomó otros 10 años hacerla realidad y creo que valió la pena la espera. Si la hubiéramos hecho en nuestros 30, el efecto de mirar hacia nuestra juventud no hubiese sido el mismo, no habría tenido esta profundidad en lo que respecta a la mirada retrospectiva o a la nostalgia.
-¿Se imaginan juntándose nuevamente en 20 años para hacer T3?
JLM: -Sí, tenemos bastante imaginación (risas). No, en realidad no lo sé.
Ewen Bremner, Robert Carlyle y el respeto al legado
El paso del tiempo y la urgencia por enfrentar el pasado es un tema recurrente en T2 Trainspotting. En ese sentido, el regreso de Mark Renton a Edimburgo, a 20 años de la traición, marca el comienzo de esta secuela.
Spud y Begbie, los personajes de Ewen Bremner y Robert Carlyle, son piezas fundamentales en este espejo en el que Renton se mira. El primero fue el único que despertó la compasión del protagonista de la película original, que decide compartir secretamente parte del botín con él, aunque sin darle instrucciones precisas sobre lo que debía hacer con el dinero. El otro, en cambio, se quedó con las manos vacías y se dedicó a cocinar su rabia a fuego lento en estos 20 años; no será nada fácil el reencuentro frente a esas cuentas pendientes.
-¿Por qué decidieron hacer esta película?
Ewen Bremner: -Había muchos motivos por los que no podía decirle que no a este proyecto y uno solo por el que podría haberme negado: tenía mucho miedo de que no fuera lo suficientemente bueno. Las razones por las que sí son que quería volver a trabajar con Robert Carlyle, con Jonny Lee Miller, con Ewan McGregor, hacer este personaje de nuevo… ¡Y trabajar con Danny Boyle! Cómo podría decirle que no a eso. Y lo que vi es que había buen material para hacerle justicia a la película original y a estos personajes que realmente nos marcaron, que son muy importantes para nosotros como actores porque nos abrieron al mundo y cambiaron nuestras vidas.
-Robert, ¿coincidís con eso?
Robert Carlyle: -Absolutamente. La idea de una segunda parte siempre estuvo dando vueltas, el segundo libro, Porno, se editó hace largo tiempo… Danny siempre quiso hacer esta película, pero al mismo tiempo quería hacerla de manera prolija, que retratara el paso del tiempo de nuestros personajes. Y tiene mucho sentido, porque se nota la experiencia de vida que adquirimos en estos 20 años y el paso del tiempo en las caras que tenemos ahora. De alguna manera, haberla hecho en este momento nos hizo el trabajo más fácil. Diez años atrás hubiera exigido mucho más de nosotros como actores. Por supuesto que Ewen no es un adicto ni yo soy un “sacado”, pero ahora hemos acumulado la suficiente experiencia de vida como para encarar con mayor madurez el paso del tiempo en nuestros personajes.
-¿Fue difícil para ustedes volver a conectar con sus personajes?
RC: -La verdad que no, porque estos personajes son tan recordados por el público, tan conocidos por la gente que amó la primera película que siempre estuvieron muy presentes para nosotros de alguna manera u otra. Pero obviamente unos días antes de empezar a filmar uno hace una investigación, te metés en tema y no salís “frío” a la cancha. Y tenés mucha información sobre tu personaje porque está perfectamente retratado en la primera película.
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