Fernando Birri, padre y maestro de varias generaciones de cineastas
Asistente de dirección de Vittorio de Sica, fundador de la escuela de cine de San Antonio de los Baños y de la Escuela de Cine Documental de Santa Fe, el director de Tire Dié murió en Roma, a los 92 años
Fue bautizado como “padre del Nuevo Cine Latinoamericano” por toda una generación, que se había deslumbrado no sólo por su labor cinematográfica sino también por su profunda huella pedagógica. Pero también por su estampa romántica que se convirtió en todo un perfil: barba larga, chambergo y ponchito definían el perfil criollo pero universal de Fernando Birri, quien murió anteayer, a los 92 años. El teatro, la poesía, las artes plásticas y los títeres fueron las artes con las cuales su cine se nutrió a lo largo de décadas.
Casualidades del destino, Birri murió el mismo día en que hubiese cumplido años Eliseo Subiela,cuya última película fue Paisajes devorados, donde Birri personificaba a un olvidado director de cine de los 60. Pero si algo no faltó en la larga trayectoria de Fernando Birri fueron los reconocimientos desde un comienzo: Tire Dié (1960) recibió el premio del jurado de la Crítica en el Festival de Cine de Mar del Plata y el Gran Premio del Jurado del Festival de Cine Documental de Montevideo; por Los inundados (1962) obtuvo el Gran Premio del Jurado en Karlovy Vary y fue premiada en Venecia y México. Y si bien su carrera posterior fue reconocida en La Habana, Moscú y Venecia, entre otros festivales, fue principalmente con esas dos películas que se convirtió en símbolo del incipiente Nuevo cine latinoamericano, movimiento preocupado en cuestiones sociales y de reivindicación obrera y de un cine realista lejos de los escenarios y del star system.
Pero también Birri exportó a la Argentina la experiencia neorrealista que fue parte de su formación como cineasta: gracias a una colecta entre amigos logró viajar a Roma e inscribirse en el Centro Sperimentale di Cinematografia, donde tuvo como compañeros de estudios a Nelson Pereira dos Santos, Gabriel García Márquez , Julio García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea y Paulo Rocha, y conoce a Cesare Zavatini, Carlo Lizzani, Roberto Rossellini y a Vittorio de Sica, de quien fue asistente de dirección en El techo. “El neorrealismo antes que un estilo cinematográfico es una actitud moral”, dirá Birri hasta el final de sus días.
Bajo esa influencia, en 1956, funda, a instancias de la Universidad Nacional del Litoral, la Escuela de Cine Documental de Santa Fe y convoca, entre otros, como profesores a Ernesto Sábato, Simón Feldman, Juan L. Ortiz, Bernardo Arias, Pablo Tabernero, Salvador Sammaritano, Adelqui Camusso, Augusto C. Vatteone, Saulo Benavente, José A. Martínez Suárez y al crítico de La Nación Ernesto Schoo. Luego comenzaría un periplo por Brasil, México, Cuba y nuevamente Roma, donde concreta Castagnino, diario romano (1967). Deslumbrado por las experiencias revolucionarias en América latina, empero se refugia en lo que denomina “comunismo cósmico” y realiza Org: “Ahora hice un film marginal yo mismo como marginalizado, de los sistemas de producción, de cultura, de política”, dirá.
Le continuará en su filmografía Rafael Alberti, retrato de un poeta, que es saludada con entusiasmo por Tomas Gutiérrez Alea. En 1986 inauguró la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños. Birri fue su primer director y concurrieron a dar seminarios Gabriel García Márquez, George Lucas , Jean-Claude Carrière y Francis Ford Coppola . En las vacaciones de la Escuela concreta Un señor muy viejo con unas alas enormes, del cuento homónimo de García Márquez, quien quedó contento con el resultado, pero no así Birri, quien brindó un seminario para explicar sus errores. “Soy una especie de linyera de lujo” dijo reafirmando su sentido del humor a La Nación en su paso por el Festival de Cine de Mar del Plata en 2004, donde se lo homenajeó y se presentó el libro La primavera del patriarca, editado por el Museo del Cine porteño.
En su filmografía subyacen los cortos Buenos días, Buenos Aires, con voz de Hugo del Carril, La Pampa Gringa y Remitente: Nicaragua (Carta al mundo), y los largos Mi hijo el Che, El siglo del viento, que realizó sobre el libro y con la voz del escritor Eduardo Galeano. Su última película fue El Fausto criollo, sobre la obra de Estanislao del Campo. Pero en paralelo fue creciendo la filmografía sobre él desde Compañero Fernando hasta la reciente Ata tu arado a una estrella, pasos de un “utópico andante”, como lo definiera el realizador boliviano Humberto Ríos en otro de los films que se hicieran sobre él.
Había nacido el 13 de marzo de 1925 en Santa Fe; en los últimos años la Universidad de Boston, su casa en San José del Rincón, en Santa Fe, y su departamento en Roma fueron parte de su periplo casi permanente, visitando por última vez la Argentina en 2010, cuando recibió el Premio Cóndor a la trayectoria. Pero entre tantos cambios y andanzas sólo hubo una constante, la presencia de Carmen, su compañera de juventud, quien estaba a su lado al momento de su deceso.
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