Film más cercano a los happenings que al cine
"+ bien" (Argentina/2001). Guión y dirección: Eduardo Capilla. Con Gustavo Cerati, Atsushi Mizukawa, Ruth Infarinato y Damián de Santo. Fotografía: Daniel Sotelo. Dirección de arte: Ximena Caminos. Música: Gustavo Cerati. Edición: Juan Carlos Macías. Duración: 95 minutos.
Nuestra opinión: regular.
Lo mejor que puede decirse de "+ bien" es que no se trata de una película. Apartada de las estructuras narrativas y dramáticas del cine tradicional, traslada elementos propios del video-arte, del diseño, de las imágenes generadas por computadora, al terreno del largometraje.
El guionista y director Eduardo Capilla había incursionado hasta el momento en la realización de comerciales y videoclips, mientras que también es amplia su exploración en el campo de la creación multimedia y las instalaciones (como ya se anticipó en estas páginas). Así, su conexión con los universos de la publicidad, del rock y de las artes visuales vanguardistas se advierte todo el tiempo en este patchwork de distintos formatos (desde el fílmico en 35 milímetros hasta el video digital), de estéticas, de imágenes distorsionadas, de efectos especiales y de guiños cómplices destinados a un ínfimo sector de público joven y moderno (léase el grupo de amigos y conocidos de los realizadores).
"+ bien" puede ser pensado como un happening de los años 60, como una experiencia visual cuyo sentido no hay que buscarlo en la coherencia de una trama sino a partir del entramado de imágenes. Puede verse también como un film casero sobre un director filmando en su hogar los conflictos banales de sus amigos.
Eso y poco más puede advertirse en "+ bien": diversas situaciones planteadas dentro de una casa con Ramiro (Atsushi Mizukawa) y Galo (Damián de Santo), como principales protagonistas, y un viaje hacia las sierras de Córdoba que deriva en un encuentro fortuito entre Jorge (Gustavo Cerati) y Barbara (Ruth Infarinato).
Capilla dedicó más tiempo y energía a promocionar los distintos modelos de automóviles BMW que aparecen todo tiempo en pantalla y a concebir sofisticados efectos visuales que a dotar de un mínimo de coherencia, interés o espesor dramático a las diversas historias que se suceden o se superponen con una arbitrariedad y una superficialidad absolutas.
Resultados pobres
En el aspecto formal, más allá del apuntado interés del realizador por trasladar todas las posibilidades expresivas de las nuevas tecnologías a la pantalla grande, es muy pobre el resultado final de la ampliación del video digital al formato cinematográfico, con una llamativa abundancia de imágenes que aparecen fuera de foco.
Mientras Cerati entrega una ágil y pegadiza banda sonora, no puede decirse lo mismo de su aporte en el terreno actoral. El único intérprete verdaderamente profesional del elenco (el talentoso De Santo) parece aquí empeñado en crear un estereotipado artista y, por lo tanto, aparece tan exagerado y artificial como el resto de actores amateurs . En ese contexto tan desfavorable, la mejor parte se la lleva la expresiva y sugerente Infarinato, conductora de la cadena MTV, cuya natural interacción con la cámara permite augurarle un promisorio futuro cinematográfico. Una de las escasas sorpresas que propone "+ bien", film tan lleno de búsquedas como vacío de contenidos.
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