Para el cineasta J.C. Chandor, los momentos de silencio importan. Cuando ese hombre sin nombre (Robert Redford) se enfrentaba a un naufragio en su velero en Todo está perdido, las viñetas amenazantes se veían precedidas (y sucedidas) por una tensa calma. En igual medida, cuando en El año más violento Anna (Jessica Chastain) empleaba su filosa verborragia para monologarle a su marido Abel (Oscar Isaac) como si fuera una aprendiz de Lady Macbeth, sus palabras eran el preludio al estallido que yacía a la vuelta de la esquina.
En Triple frontera, la esperada producción de Netflix que llega hoy a la plataforma de streaming , Chandor se alió con el guionista Mark Boal (colaborador fiel de Kathryn Bigelow en Vivir al límite, La noche más oscura y Detroit) para mostrar el trayecto de cinco veteranos de las Fuerzas Especiales quienes, precisamente en la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil, le roban 75 millones de dólares a un cartel del narcotráfico. Además de esa calma antes de la tormenta, Chandor también está más interesado en la construcción de personajes que en los golpes de efecto. De esta forma, concibe secuencias más cercanas a lo poético que al frenesí del thriller.
Mientras "Masters of War" de Bob Dylan suena con fuerza, Tom (Ben Affleck), Santiago (Oscar Isaac), Ben (Garrett Hedlund), William (Charlie Hunnam) y Francisco (Pedro Pascal) disertan sobre el todo y la nada, en un contexto hostil que va desafiando sus principios, y que los empuja hacia el abismo.
"Usemos nuestras habilidades para nuestro propio beneficio, y realmente cambiemos las cosas", dice Santiago mientras sus compañeros en la arriesgada misión se muestran dubitativos. Triple frontera habla, como expone el personaje de Isaac, de los cambios ante los azotes externos, ante los anhelos que parecen cada vez más difíciles de suplir.
En una entrevista exclusiva con LA NACION, Garrett Hedlund - actor que elige cuidadosamente sus proyectos, como vimos con En el camino, Balada de un hombre común y Mudbound: el color de la guerra, y quien interpreta al visceral Ben en el film de Chandor -, habló, entre otros tópicos, sobre la experiencia intensa de rodaje de una película que no hace más que ratificar la naturaleza inclasificable de su realizador.
-¿Cómo fue ser dirigido por J.C. Chandor?
-Fue increíble, sobre todo en una película que no se parece en nada a Todo está perdido, que era más íntima, más pequeña. Triple frontera se asemeja más a su ópera prima, El precio de la codicia, donde podías ver cómo trataba a un gran elenco, y cómo desarrollaba una historia para cada uno de los personajes porque todos tenían que lidiar con sus asuntos. Él es muy especial en eso específicamente: conoce en profundidad a todos los personajes que concibe.
Me gustaba la idea de trabajar con personas a las que conocía en profundidad desde antes
-En Triple frontera a todos los personaje se les da un background; ¿cuál dirías que es la cualidad más llamativa de Ben, tu personaje?
-Obviamente es una persona muy física, es muy emocional también, brinda apoyo a los demás, entiende la importancia de la lealtad, de la hermandad. Charlie [Hunnam] y yo estábamos buscando un proyecto en el cual trabajar juntos desde hace 15 años, pero los roles que aparecían no eran de hermanos. Pero justo J.C. quería que ambos interpretáramos a dos hermanos porque nos parecíamos un poco, y eso convenientemente nos llevó a encontrar lo que tanto veníamos buscando.
-También trabajaste con Oscar Isaac en Balada de un hombre común y en Mojave...
-Sí, somos muy unidos desde hace 10 años, y a J.C. también lo conozco desde hace 6 años, desde que presentó Todo está perdido en Cannes. Siempre respeté sus películas, sus personajes, cómo es como persona, el amor que siente por el cine. En cada una de las estrenos que tenía, en Nueva York sobre todo, me lo encontraba. Él iba como espectador, porque tiene una pasión por el mundo del cine que es contagiosa, que es inspiradora, que es innegable.
-¿Cómo respondiste a Triple frontera la primera vez que la viste?
-Es una película de acción diferente a las que vi en el pasado, que les permite a los actores ser parte de tomas arriesgadas. Respondí a eso, pero también respondí a la historia de la hermandad, de la camaradería en general. Ya había hecho Inquebrantable de Angelina Jolie, donde interpreté al capitán de un submarino, y Mudbound de Dee Rees, donde era un piloto de la Segunda Guerra Mundial con trastorno postraumático, por lo cual ya me había familiarizado con esa clase de roles, por más que se los abordara de diversas maneras. Por eso tenía ganas de hacer algo diferente, y en Triple frontera estos hombres se unen para una misión única y excitante, porque también estamos ante una película de robo. Me gustaba la idea de trabajar con personas a las que conocía en profundidad desde antes.
-La película alterna escenas intimistas con secuencias de acción propias del género; ¿qué fue lo más emocionalmente avasallante que filmaste?
-Hubo escenas difíciles como la que filmamos dentro de un helicóptero porque además del diálogo que fluye allí, estuvimos por largo tiempo rodando en ese espacio cerrado. De ese momento en adelante, cuando la misión cambia para los cinco, todo eso fue muy complejo de filmar. Pero también hubo secuencias divertidas que se filmaron en Australia, en las que Charlie y yo debíamos nadar con animales. Verlo a él intentar seguirme el paso a mí en esos momentos fue lo más divertido de todo (risas).
-Tu colega Brad Pitt te aconsejó "siempre estar ligado a las películas buenas"; ¿qué es lo que hace que un proyecto sea lo suficientemente bueno como para hacerlo? ¿Sos selectivo?
-En la mayoría de los casos me encontraba con proyectos dirigidos por cineastas con una visión única de los personajes, como En el camino, cuando ya sabía cómo era el estilo de Walter Salles porque había visto Estación central y Diarios de motocicleta. Con Ang Lee no tuve ni que pensarlo, Billy Lynn's Long Halftime Walk fue un hermoso trabajo, con un hermoso personaje. Confío en los directores que me dan papeles desafiantes, y éste era uno. Se trataba de un personaje físicamente demandante, que además me permitía trabajar con grandes amigos y en locaciones extraordinarias.
Dónde verla. Triple frontera
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