Inconexo e hilarante film de Anderson
"Vida acuática" ("The Life Aquatic with Steve Zissou", Estados Unidos/2004). Dirección: Wes Anderson. Con Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Michael Gambon, Noah Taylor, Bud Cort, Seu Jorge y Seymour Cassel. Guión: Wes Anderson y Noah Baumbach. Fotografía: Robert D. Yeoman. Música: Mark Mothersbaugh. Edición: David Moritz y Daniel R. Padgett. Diseño de producción: Mark Friedberg. Producción de Touchstone Pictures y Scott Rudin Productions hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por Buena Vista International. Duración: 118 minutos. Apta para todo público.
Fiel a las tres definiciones que lo han perseguido desde que incursionó en la dirección, hace ya una década ("joven prodigio", "enfant-terrible" y "artista de culto"), el talentoso director norteamericano Wes Anderson concibió con "Vida acuática" su película más ambiciosa, delirante y arriesgada, pero también la más irregular, desconcertante y rebuscada de su aclamada carrera, que incluye tres largometrajes previos, como "Buscando el crimen", "Tres es multitud" y "Los excéntricos Tenembaum".
Esta suerte de parodia y homenaje a los documentales submarinos del popular oceanógrafo francés Jacques Cousteau tiene un tono, un humor y una puesta en escena que se ubican en las antípodas de los relatos más clásicos y convencionales que suelen ofrecer los grandes estudios. En este sentido, "Vida acuática" es como un "Todo por dos pesos" hollywoodense: una exuberante acumulación de comicidad absurda, de desparpajo e irreverencia, que seguramente será venerada como una genialidad por su incondicional círculo de admiradores que se acercarán al film con un altísimo grado de complicidad con el realizador, pero que al mismo tiempo puede dejar afuera a un importante sector del público no iniciado en el universo de Wes Anderson.
El film se centra en las desventuras de Steve Zissou (Murray), un oceanógrafo en decadencia que se obsesiona con filmar un documental que registre la caza de un enorme tiburón que ha matado a uno de sus socios en una expedición previa. Lo acompañan en la misión desde su excéntrica esposa Eleanor (Anjelica Huston) hasta un irascible marinero y camarógrafo alemán (Willem Dafoe), pasando por un patético joven que además podría ser el hijo ilegítimo del capitán (Owen Wilson), una periodista embarazada (Blanchett) asignada para escribir un relato biográfico sobre Zissou, y un joven (Seu Jorge) cuyo único aporte es tocar y cantar versiones acústicas en portugués de clásicos de David Bowie. Claro que la travesía (odisea) del capitán y su tripulación se verá complicada por las apariciones de un implacable rival (Jeff Goldblum), de terroristas filipinos y de monstruos marinos, y por el constante surgimiento de problemas mecánicos, financieros y humanos.
Anderson apuesta todo el tiempo por la sorpresa y por la provocación, por un registro alejado por completo del realismo y de la "credibilidad" a la hora de construir cada una de sus ocurrencias, con ciertos pasajes que parecen estar bastante más cerca del teatro de varieté que del cine convencional. El resultado es un film por momentos hilarante y en otros ampuloso, inconexo y hasta caprichoso.
Entre los aspectos más destacados figuran el aporte de un notable elenco encabezado por el gran Bill Murray (por más que no sea ésta una de sus mejores interpretaciones) y un muy creativo despliegue visual que incluye monstruos submarinos concebidos por el genial animador Henry Selick.
Así, entre homenajes a los pioneros del cine como Georges Méliès, bromas a los condicionamientos y presiones de Hollywood (los financistas de la misión podrían ser perfectamente los banqueros que presionan a cualquier director de cine) y sus habituales reivindicaciones de los antihéroes, perdedores y seres "diferentes" que apuestan por las misiones imposibles, "Vida acuática" termina exponiendo en toda su dimensión el extraño, desmedido e inimitable mundo de Wes Anderson.
Diego Batlle
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